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V CENTENARIO DE LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO DE MAGALLANES Y ELCANO «El que no sepa rezar que vaya por esos mares. Verá que pronto lo aprende sin enseñárselo nadie.» Con sacerdote a bordo, normalmente la tripulación tenía que asistir a los servicios religiosos que se celebraban en cubierta, en un improvisado altar sobre arcones, con la ayuda de algún grumete o paje como monaguillo. Y por las tardes, se cantaba una Salve a la Virgen. Faltas, delitos y castigos En aquellos tiempos había ordenanzas, códigos y reglamentos en los que estaban escritas las normas de convivencia, pautas de la vida a bordo y otras normas. Entre ellas se encontraban tipificadas las faltas y delitos: hurto, reyerta, blasfemia, murmuración, uso indebido del fuego, pérdida de armamento, dormir de guardia, asesinato, insubordinación, relaciones homosexuales, deserción, rebelión, etc. También figuraban los castigos y penas a aplicar: grilletes, cepo, pan y agua, prisión, corte de una mano o un pie, abandono en tierra, azotes, paso por quilla, galeras, muerte, etcétera. Fallecimientos Cuando se producía un fallecimiento en alta mar, había que tirar el cadáver por la borda envuelto en una estera o lona, con una piedra o Virgen de los Mareantes, de Alejo Fernández, pintado para un retablo de la capilla de la Casa de la Contratación en Sevilla. (Fuente: Wikipedia). 2019 337


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