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V CENTENARIO DE LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO DE MAGALLANES Y ELCANO Juan de Cartagena, «nepote» del poderoso obispo Fonseca, demostró que luchar contra la comentada «deslealtad» de Magallanes cometiendo otra mayor no fue la mejor decisión que pudo tomar. La permisividad del general, dejando que fuese preso en otro buque (la Victoria) tras su algarada en alta mar cuando barajaban la costa africana en demanda de la latitud de la Mina, debido a su noble condición, la aprovechó, el depuesto comandante de la San Antonio, para seguir conspirando e incluso para formar un bando anti Magallanes, lo cual terminará con él abandonado en una isla desierta de la Patagonia, en unión del capellán Pedro Sánchez de la Reyna, y nunca se volvió a saber de su existencia aunque se hallan aventurado absurdas hipótesis. Gaspar de Quesada, a cuyo barco pasó arrestado Cartagena cuando llegaron a San Julián para la invernada, discrepante, como otros, con el criterio de Magallanes empeñado en su cometido de encontrar «el paso», se puso francamente en el bando de la «conjunta persona». Apoyado por Luis de Mendoza, prendió a Álvaro de Mezquita en la San Antonio. Cartagena, Quesada y Mendoza contaban así con tres de las cinco naos para enfrentarse a las dos de Magallanes, pero las grandes dotes estratégicas del último, hicieron revertir la situación; enviando un destacamento a la Victoria que asesinó a Mendoza y enmendó enseguida el fondeadero de esta última, uniéndose al capitán general que pasó a estar tres contra dos; esas dos, San Antonio y Concepción, al intentar escapar, fueron combatidas por Magallanes que las rindió. Magallanes sometió a juicio a los rebeldes, del cual salió Quesada condenado a morir decapitado por traición y que su cuerpo fuese descuartizado (7 de abril de 1520). Para añadir «ejemplaridad», esta sentencia fue ejecutada por Luis de Molino (natural de Baeza y seguramente hermano de Francisco, criado de Cartagena en la San Antonio), criado del propio Quesada, que con ello se ahorró la horca por haber participado en el amotinamiento. Luis de Mendoza, nombrado por Carlos I (30 de marzo de 1519) tesorero de la Armada y capitán de la Victoria, en la revuelta contra Magallanes en San Julián, vimos que se puso en el bando de Cartagena y como el capitán general envió gente a su barco que lo engañó y, mientras leía un mensaje de dicho general, fue asesinado. A pesar de ello, fue declarado traidor por el tribunal que juzgó a los revoltosos y su cuerpo fue descuartizado. Juan Serrano era hermano o primo del amigo de Magallanes que esperaba en Tidore la llegada de esta armada (y posiblemente primo también del propio Magallanes). Capitán de la Santiago, la cual por ser la menor fue enviada por Magallanes a reconocer la costa hacia el sur, antes de finalizar la invernada. Serrano descubrió la bahía que bautizó de Santa Cruz (donde desemboca el río del mismo nombre) y allí permaneció seis días haciendo la aguada. El 20 de mayo de 1520 salió de Santa Cruz, y al día siguiente se vio envuelto en un «pampero» que lo arrojó a la costa, quedando varada la Santiago. Solamente perdió a un hombre de la dotación, por cierto esclavo suyo. Entonces envió a dos marineros por tierra al puerto de San Julián 352 Agosto-septiembre


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