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V CENTENARIO DE LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO DE MAGALLANES Y ELCANO Otras expediciones inglesas La fama y la riqueza que con su viaje adquirió Drake estimularon al corsario inglés Thomas Cavendish a emprender otro semejante. A sus expensas armó tres naves que bajo su mando partieron de Plymouth, completando una nueva circunnavegación en la que invirtió dos años (julio de 1586 a junio de 1588). En enero de 1587, fondeó en la ciudad Rey Don Felipe, donde permaneció cuatro días, hizo aguada y se proveyó de leña aprovechando las deshabitadas casas. También desenterró y embarcó las piezas de artillería. El escenario tan macabro que contempló en aquel asentamiento, lleno de cadáveres en un avanzado estado de descomposición, hizo que lo rebautizara como Puerto del Hambre (Port Famine). Encontró un único superviviente, Tomé Hernández, que les refirió lo acaecido en toda la expedición hasta la partida de Sarmiento, y añadió que habiéndose él quedado en la ciudad de Rey Don Felipe, al cabo de dos meses llegó por tierra la gente de la otra, que contó lo acaecido a Sarmiento. No pudiendo alimentarse todos determinó Biedma, que era el jefe, volviesen 200 a la primera ciudad de Nombre de Jesús por si embocaba algún navío para pedirles socorro, quedándose él con el resto de los pobladores. Pasado aquel invierno y entrado el siguiente, a causa de que la gente se iba muriendo de hambre, Biedma decidió, con 50 que quedaban, embarcarse en dos naves que habían construido. En el intento, se perdió uno en los arrecifes de la punta de Santa Brígida y, no cabiendo todos en el otro, se volvió Biedma con 20, dejando 30 con Hernández, a que mariscasen en aquella playa para poderse sustentar. Pasado este segundo invierno, se juntaron los de ambas divisiones en número de 15 y tres mujeres, pues los demás habían perecido de hambre, y se dirigieron a la primera población, hallando en su tránsito muchos cadáveres de españoles. Pasada la punta de San Gerónimo descubrieron tres navíos de Cavendish, embarcando solamente a Hernández, que logró escapar en el puerto chileno de Quintero y prevenir a las autoridades españolas, que impidieron a los ingleses desembarcar y les hicieron huir. Después, Hernández contó al gobernador de Chile lo sucedido en el Estrecho y sus poblaciones. Cavendish arrumbó al norte, y en cabo San Lucas tuvo la suerte de apresar al Galeón de Manila cargado de monedas de oro y sedas. Tras seguir hasta Filipinas, entró en Plymouth con las velas de su buque forradas de seda. Otro corsario inglés, Richard Hawkins, logró llegar al Pacífico a través del Estrecho, pero los españoles lo apresaron en las inmediaciones de Lima. Fue enviado a Sevilla, vía Panamá, siendo liberado por las autoridades españolas en 1602. Algunos autores afirman que tal apresamiento propició que Inglaterra cesara en tales expediciones, pero creemos que en realidad el factor decisivo fue el fin, por el Tratado de Londres de 1604, de la larga guerra hispano-inglesa iniciada en 1585. Un tratado, sin lugar a dudas muy favorable a España y en relación con la cuestión que hemos planteado, en el que se 2019 393


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