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V CENTENARIO DE LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO DE MAGALLANES Y ELCANO objetivo político ideal a alcanzar; al conjunto de los habitantes de un área geográfica determinada; a un territorio más o menos amplio dependiendo del momento histórico; a la denominación de un Estado constituido; o al nombre dado a una nación. Ese término, España, polisémico como vemos dependiendo del momento y entorno en que se use, tiene su origen en el de «Hispania», la denominación en latín de la península Ibérica durante el Imperio romano. El reino visigodo que tras la época turbulenta de las invasiones bárbaras se impuso sobre casi toda la península mantuvo la ambición de completar una monarquía hispánica hegemónica, algo que no había llegado a consumar plenamente cuando sucumbió ante las invasiones árabes de Tarik y Muza. Es entonces cuando más comúnmente se acepta que nace España (Hispania todavía en su denominación) como mito, como el paraíso perdido por la imposición forzada a la población autóctona del reino visigodo de una civilización con costumbres, lengua y religión diferentes que supone de hecho una ruptura con el pasado y buena parte del legado cultural greco-romano y judeocristiano precedentes. Con el tiempo, ese mito cristaliza lentamente en los reinos cristianos que se van formando sobre los territorios peninsulares recuperados, reinos que comparten el objetivo común de recobrar la unidad, si bien con diferentes intensidades y no necesariamente formulado en políticas concretas el retorno a ese paraíso perdido. Es san Isidoro de Sevilla quien acuña el concepto de Reconquista como la pérdida y recuperación de Hispania, y es desde ese momento cuando se suele dar la denominación de España (Hispania, inicialmente) al conjunto de todas las tierras cristianas de la Península. Por su parte, el gentilicio «español» parece ser una palabra llegada a nuestro idioma, no desde el protocastellano de la Alta Edad Media, sino del provenzal. Si el término latino hispani usado para describir a los habitantes de Hispania se hubiera transformado en Castilla posiblemente hubiera derivado en algo así como «espanos», «espanienses», «espanidos», «españeses» o «españones», ya que el sufijo «-ol» de las lenguas provenzales es muy raro en la nuestra. Es probable que el gentilicio «espanyol» se originara por tanto en la Provenza para referirse a los cristianos allende los Pirineos. Es Alfonso X el Sabio el que en su Estoria de Espanna traduce por primera vez el hispani de todas sus fuentes latinas por «español» (7). Los reinos cristianos peninsulares se van lentamente fundiendo entre ellos y conformando en entidades superiores hasta cuajar en la Baja Edad Media en los de Aragón, Castilla, Navarra y Portugal. Los cuatro se conciben como originales y distintos, pero hermanos: todos se consideran monarquías hispánicas (con minúscula), y a pesar de las diferencias políticas, existe una solidaridad (7) ESCOLAR, Ignacio: «De dónde viene la palabra “español”», El Diario, 9 de octubre de 2014. 2019 245


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