Page 174

RHN_146-con-suplemento-n-30

hombres para la pesca por causa de la Matrícula empobrecía los puertos gallegos, y muchas voces se levantaron pidiendo libertad para que los terrestres pudieran ser embarcados como remeros o pescadores en épocas de escasez de brazos. en este sentido, el ayuntamiento de Mondoñedo y los propios comerciantes de la salazón fueron actores muy activos en las súplicas a los monarcas para que permitieran la utilización en el mar de los antedichos terrestres. se aducía que este permiso ayudaría a remediar la penuria que por aquel entonces se advertía en el abasto de pescado a todo el país, cuya principal causa era el exorbitante número de marineros ausentes de los puertos por estar enrolados en el real servicio. Pero, en principio, las ordenanzas de la armada 1748, citadas aquí como uno de los remedios borbónicos para revitalizar la vida marítima española, eran contundentes a la hora de prohibir la explotación del mar a aquellos que no habían estado enrolados. Por ejemplo, en dicho año el subdelegado de Marina de Viveiro mandó poner en secuestro una lancha de pescadores propiedad del cura de cobas y, prender a la gente que la tripulaba por ser labradores y no estar matriculada. con tal motivo, el intendente general de Marina de galicia reiteró una orden terminante en el sentido de que, bajo ningún concepto, «se permita pescar a quien no esté matriculado»40. Pero la penuria y el hambre seguían asolando las costas gallegas por la ausencia de hombres que pescaran; y, dadas las reiteradas protestas del ayuntamiento de Mondoñedo al monarca por tal motivo, en 1777, en el preámbulo del decreto que desarrolla el citado montepío de la pesca, «declara s.M. que la pesca será libre a todos los naturales que viven en la costa y a los demas que quieran emplearse en esta ocupación con tal de que no pesquen con instrumentos y redes prohibidas por las leyes y ordenanzas y de ningun modo se permitiran el bou, la xabega, ni otros semejantes instrumentos perjudiciales a la conservacion y aumento de la pesca en aquellos mares»41. con todo, poco duraría la alegría, puesto que en 1781 y en sucesivos años, ante las presiones de las autoridades de Marina, el monarca acababa por suprimir la libertad de pesca ciñéndola exclusivamente a los matriculados, a pesar de que en el reinado de carlos iii, por ejemplo en 1776, de los 837 inscritos en la provincia marítima de Viveiro, unos 439 estaban ausentes en el real servicio42, de los que 90 pertenecían a ortegal repartidos de esta forma: bares, 8; o barqueiro, 42; espasante, 11; santa Marta, 5, y cariño, 24. estaban presentes, faenando, 117, 12 en bares, 53 en o barqueiro, 11 en espasante, 14 en ortigueira y 27 en cariño. nótese el gran peso específico de o barqueiro a la hora de aportar brazos a la armada, factor relacionado, sin duda, con una mayor actividad pesquera si atendemos a la existencia de cuatro compañías de pesca con 11 lanchas descritas en la décima junta del montepío43. las guerras con inglateaño (40) Meijide Pardo: La economía marítima…, p. 40. (41) leal bóVeda, 2016. (42) ags, Marina, Matrícula, leg. 270, doc. 1, sept. 1776. también en Meijide Pardo, p. 44. (43) leal bóVeda, 2016 2019 sUPleMento n.º 30 a la reVista de historia naVal. núm. 146 27


RHN_146-con-suplemento-n-30
To see the actual publication please follow the link above