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25 aunque hablaba del «Satanás» de su tiempo, se preguntaba si los «parásitos » eran los que no poseían nada o si por el contrario eran los que transferían grandes fortunas al extranjero. A la salida de la mezquita, en Qom empezaron a formarse grandes aglomeraciones de gente. La respuesta del sah fue dar la orden de detener a Jomeini, que fue trasladado entre grandes medidas de seguridad a la base militar de Ichratabat, en las afueras de Teherán. Este hecho se convirtió en el detonante de una gran movilización popular y una muchedumbre se dirigió desde Qom a Teherán. Apenas cuatro días después de la detención del ayatolá, la capital iraní fue escenario de intensos disturbios cuyas consecuencias afectaron a comisarías de policía, edificios gubernamentales, establecimientos comerciales y vehículos. La mecha de la violencia prendida en Teherán tardó pocas horas en extenderse a distintos puntos del país. En las protestas participaban individuos de toda índole: intelectuales, campesinos, religiosos o comerciantes, todos ellos cargados con una fuerte dosis de fanatismo, ya que de las manifestaciones violentas tampoco se libraron mujeres que iban por la calle sin velo y que fueron apedreadas. En 1965 Jomeini es acogido en el Irak del Presidente Aref y establece su residencia en Nayaf, ciudad santa del chiísmo La tensión fue in crescendo y alcanzó su cénit cuando las masas enfurecidas trataron de tomar por la fuerza el control del edificio de la radio. En ese momento, el sah dio orden de disparar contra la multitud en una refriega en la que también fueron empleados carros de combate. La cifra de los fallecidos ese día fue una incógnita y discurrió entre los cientos de los que informaban las fuentes oficiales y los 10 000 que calculó la prensa extranjera. Solo en la ciudad de Qom se habló de que 3000 religiosos vestidos de blanco, color que simboliza el luto, perdieron la vida en enfrentamientos con los militares. El sah comisionó al jefe de la temible SAVAK (Sazeman-e-Ettelaat va Amniyate Kesvar, Organización de Seguridad y Defensa del Estado) y excomandante de la Guardia Imperial, general Nematollah Nassiri, para que mediase en la situación aprovechando que Nassiri era, desde hacía años, amigo lejano de la familia de Jomeini. Finalmente, el ayatolá obtuvo la libertad. Imagen de protestas en Teherán, octubre de 1978


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