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MANDO DE ADIESTRAMIENTO Y DOCTRINA 7 oficiales de enlace destacados por el MADOC en el extranjero y los acreditados en este mando constituirán una herramienta esencial para incorporar ese conocimiento. El JEME, en su documento de propósitos, publicado en 2018, establece claramente que el centro de gravedad de nuestro Ejército es el combatiente y fija como primera prioridad su formación, motivación y moral. De acuerdo con esta prioridad será fundamental el papel de la enseñanza, que se configura como herramienta crucial para proporcionar a nuestro personal los conocimientos, las habilidades y los valores que les permitan hacer frente con éxito a sus misiones, en un entorno cada vez más exigente, complejo, incierto, tecnológicamente avanzado y globalizado. Para ello se hace necesario determinar aquellas características del entorno operativo futuro que inciden sobre la formación de nuestro personal y ajustar en consecuencia los perfiles de referencia en nuestro modelo de oficial, suboficial y tropa, para adaptarlos a las nuevas necesidades operativas, así como fijar las líneas de trabajo para definir e implementar los cambios necesarios en el modelo de enseñanza, tanto en lo que se refiere a enseñanza de formación como de perfeccionamiento. Es importante resaltar que cualquier cambio en la enseñanza militar lleva tiempo y en algunos casos podría incluso afectar a la cultura misma de la organización. En este sentido, será necesario conjugar la imprescindible actualización del sistema y su adecuación flexible a los cambios que demande la situación, con una deseable estabilidad (especialmente en la enseñanza de formación) que permita la consecución de resultados a medio y largo plazo, así como su necesaria y adecuada evaluación. La enseñanza de las escalas de oficiales, suboficiales y tropa combina tres acciones fundamentales: educar (inculcar valores), enseñar (transmitir conocimientos) e instruir (adquirir habilidades), en proporción diferente según las necesidades específicas de cada una de ellas. No obstante la educación, y en particular la formación en valores, deben ocupar siempre un lugar especialmente relevante en todas ellas. Ello contribuirá a sentar las bases que deben sustentar a cualquier profesional de la milicia y ayudará a crear unos sólidos cimientos para su adecuado y completo desarrollo posterior durante toda la carrera militar, a lo largo de los diferentes empleos de cada escala. En la enseñanza de formación de oficiales, el modelo diseñado en la ley de la carrera militar está ya consolidado y produciendo unos magníficos oficiales. Sin embargo, debe continuar mejorándose el currículo incorporando las lecciones aprendidas, siguiendo con el ajuste de la carga lectiva de manera que no sea excesiva y adaptando en lo posible los contenidos de manera que se ajusten más a las necesidades de nuestra profesión, al cambiante entorno operativo y al perfil de egreso fijado por el JEME. Por otra parte, el nivel actual de formación que reciben los suboficiales (título de técnico superior) se ha demostrado apropiado, si bien deben adecuarse las distintas especialidades y los planes de estudios para reforzar las capacidades que van a requerir nuestros suboficiales en el entorno 2035. En este Fachada posterior del establecimiento militar de Capitanía General (MADOC)


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