PAÑOL DEL ESPAÑOL Densidad absoluta y relativa Antes conviene recordar que la densidad absoluta es el cociente entre la masa y el volumen de una sustancia u objeto sólido. En el Sistema Internacional de medidas se expresa en kilogramos por metro cúbico (kg/m³). Y la densidad relativa es la relación entre la densidad absoluta de una sustancia y la de otra que se toma como referencia. La densidad de referencia para los sólidos y líquidos (1) es la del agua destilada líquida a 4º C sometida a la presión de una atmósfera. Su valor es 1000 kg/m3 o, lo que es lo mismo, un kilogramo por cada litro. Un poco de historia… o de leyenda Para condimentar el razonamiento que me permitirá aseverar si la madera de bolondo se va o no al fondo, creo que viene al caso recordar esa historia –o quizás leyenda– donde se relata que el rey de Siracusa Hierón II (306-215 a. C.) —temiendo que su orfebre le estuviera engañando en la elaboración de una corona triunfal, sustituyendo con plata parte del oro puro que debía emplear— le pidió a su coetáneo Arquímedes que lo comprobara, pero con la condición, irrenunciable, de no destruir la corona. La pregunta que se hizo el sapientísimo físico fue ¿cómo puedo averiguar el volumen de la corona sin fundirla para convertirla en una figura geométrica de volumen conocido? Porque sabiendo el volumen y el peso de la corona, o sea, su densidad absoluta, es fácil compararlos con el peso y el volumen del oro y, así, contrastando la densidad relativa de la corona con respecto a la del oro, sería posible determinar su pureza. Cuenta la misma leyenda que ese día estaba Arquímedes pensando en el problema cuando para aclararse las ideas decidió darse un relajante baño de inmersión, y mientras observaba la subida del agua al sumergir sus carnes en la bañera, descubrió que podría calcular el volumen de la corona midiendo el cambio de nivel al introducirla en un recipiente con agua. Determinado el volumen, bastaría multiplicarlo por la densidad absoluta del oro puro para saber el peso que debería tener si fuera realmente de oro sin ningún tipo de aleación. Y el relato está aderezado con la anécdota rocambolesca de que Arquímedes, al darse cuenta de su descubrimiento, salió inmediatamente de la bañera y se puso a correr, en cueros, por las calles de Siracusa gritando «¡Eureka! ¡Eureka!» una palabra griega que significa: «Lo encontré». Otra versión más sutil —y más precisa que la anterior, teniendo en cuenta los instrumentos de medida existentes en aquella época— es que Arquímedes percibiese el empuje hacia arriba que provoca el agua al sumergirse, y se le ocurriese el experimento consistente en colocar la corona en un platillo de una balanza, y en el otro platillo ir añadiendo oro puro hasta que la balanza consiguiese el equilibrio. A continuación sumergiría ambos platillos en agua. Si la balanza continuaba equilibrada querría decir que el volumen y el peso del contenido de los platillos sería el mismo y, por tanto, la corona tendría la misma densidad absoluta que el oro puro. En esta idea se basa el conocido principio que desde entonces lleva su nombre. Para finalizar con esta historia —o leyenda— no he encontrado información sobre el resultado del experimento (ni siquiera si se llegó a realizar) y, como consecuencia, nada sé sobre la honradez del orfebre de Hierón II. Volvamos a la madera de Bolondo Basándonos en el Principio de Arquímedes se demuestra que un material flota en un líquido si es menos denso que el líquido. Pues bien, en la superficie de los mares y océanos la densidad relativa del agua (2) es aproximadamente 1,027. Y he podido averiguar que la (1) Para los gases se suele tomar como referencia la densidad del aire a 15º C y a la presión atmosférica. Su valor es 1,225 kg/m3, casi mil veces menor que la del agua. (2) La densidad no solo aumenta con la cantidad de sales disueltas, también crece con la presión y disminuye al hacerlo la temperatura, por eso la densidad del agua de mar aumenta con la profundi 1006 Diciembre
RGM_277_5_diciembre_2019
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