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Presencia en el Magreb y África subsahariana TEMAS PROFESIONALES En la ribera sur del Mediterráneo la situación es parecida, aunque la presencia rusa está algo más avanzada. No conviene lanzar las campanas al vuelo, porque el punto de partida era realmente modesto: tras la caída de la URSS, Rusia se había olvidado de África (Gërocs, 2019). Sin embargo, en los últimos años parece haberse convertido en un lugar preferente para expandir la influencia rusa a corto plazo, como lo demuestra la reciente celebración de la primera cumbre Rusia-África (octubre de 2019), en la localidad de Sochi, a raíz de la cual se firmaron acuerdos por valor de más de 12.000 millones de dólares. El hecho de que Rusia no haya tenido colonias en suelo africano está facilitando esa penetración (como también acontece con China), ya que no despierta tantas suspicacias como las viejas metrópolis. La más bien escasa preocupación rusa por el respeto de los derechos humanos y su poco refinada percepción de la democracia también son bazas que gustan en esas latitudes, en la medida en que los países occidentales suelen condicionar sus ayudas —cada vez más— a la realización de reformas en esos campos. En particular, los intereses rusos en Libia, Argelia o Marruecos (aunque también en Nigeria, Guinea Ecuatorial o Angola) han ido creciendo en los últimos años, sobre todo en materia económica, aunque no es descartable que alcancen otros ámbitos, incluso a corto plazo, dado que Rusia también busca que esos Estados apoyen sus posiciones en el escenario internacional, en términos de defensa de lógicas multilaterales, esto es, alejadas de la égida de los Estados Unidos (Stronski, 2019: 3). El formato de la presencia rusa también es variable. No siempre prima la transparencia. La presencia del Grupo Wagner en Libia, en apoyo del general Jalifa Haftar, no ha pasado desapercibida. El premio si Haftar finalmente derrota al Gobierno de Trípoli podría ser suculento, también en clave de proyección naval (7). Por otro lado, las relaciones de Gazprom con el gigante argelino Sonatrach están muy consolidadas, mientras que la multinacional estatal rusa ha firmado acuerdos de peso con otras grandes empresas del sector en la región, como la Nigeria National Petroleum Corporation (8). Asimismo, Rusia se ha involucrado en la extracción de minerales (incluyendo diamantes) en países como (7) Haftar había iniciado su andadura en el escenario del conflicto generado tras la caída de Gadafi poco menos que a las órdenes de Washington, siendo monitorizado por la CIA (Barfi, 2014: 3-5). Las ventajas de apoyar a Haftar, si este llega al poder, serían evidentes, en la medida en que Libia cuenta con varios puertos importantes (sobre todo Trípoli), dos de los cuales (Tobruk y Bengasi) ya están en manos de las huestes de este general, que nunca ha escondido sus simpatías con el Movimiento Baaz. (8) En 2009 Rusia se comprometió a financiar, en parte, el gasoducto transahariano (TSGP), que a su vez conecta con el gasoducto submarino Medgaz, del que recibimos buena 2020 267


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