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Revista de Historia Militar 118

La organización militar en los siglos XV y XVI. Málaga, . LA RELACIÓN COSTE/EFICACIA EN LA DEFENSA DE LA ESPAÑA IMPERIAL 117 Carlos V extendieron su campo de acción ocasionalmente a todos territorios del imperio, como Perpiñán, el norte de África e incluso Italia15. En general, fueron el complemento idóneo de los soldados ubicados en las fortalezas, siendo las primeras fuerzas de choque ante cualquier ataque enemigo. Y todo ello a pesar de que, como se reconocía en las propias ordenanzas de 1573, su número era insuficiente, estaban mal retribuidos y peor equipados16. La defensa terrestre de la Península se completaba con un número difícil de precisar de hombres de reserva, para casos de extrema urgencia, procedentes de las levas de milicianos que los municipios de realengo, los propietarios de señoríos jurisdiccionales y las órdenes militares estaban obligados a aportar, cada vez que el soberano lo solicitara.También los caballeros y aristócratas, estaban obligados a acudir armados cuando fuesen requeridos17. Incluso, había prelados, como el obispo de Toledo, con señorío territorial, que también contribuía con un número de hombres armados18. Había una milicia general de interior para acudir en ayuda de las zonas costeras en situaciones de emergencia, y una milicia local o compañías de socorro, formadas por vecinos de la costa para la defensa de su propio territorio19. Dado que su recluta y organización dependía de los propios concejos, ésta recibía distintos nombres: batallones de milicias de voluntarios de Granada, compañías de socorro de la ciudad de Almería o la milicia local de Málaga, en unos casos formadas por voluntarios y en otras por reclutas forzosos20. En un interesante documento, fechado en 1632 y extractado por José Contreras, se cifraba el número de hombres de armas que podían acudir a la milicia en la franja de veinte leguas de los territorios de la Corona de Castilla -desde el País Vasco a Murcia- en 197.443 hombres21. No estaba mal, pero una cosa era la teoría y otra la práctica. A la hora de la verdad, muchos trataban de escabullirse, no acudiendo a los llamamientos, mientras que otros carecían de cualquier formación militar y, en ocasiones, no 15 CONTRERAS GAY, José: “El sistema militar carolino en los reinos de España” en El Emperador Carlos y su tiempo, IX Jornadas Nacionales de Historia Militar. Sevilla, 2000, p. 356. 16 PAZZIS PI CORRALES, Magdalena de: “Las Guardas de Castilla: algunos aspectos orgánicos”, en Guerra y sociedad en la Monarquía Hispánica, política, estrategia y cultura en la Europa moderna (1500-1700) , T. I, Enrique García Hernán-Davide Maffi, edts. Madrid, 2006, p.777. 17 MARTÍNEZ RUIZ, Enrique: “El ejército de los Austrias”, en Estudis, Nº 27, 2001, pp. 8-9. 18 LADERO QUESADA, Miguel Ángel: “Formación y funcionamiento de las huestes reales en Castilla durante el siglo XV”, en 1993, p. 162. 19 CONTRERAS GAY, José: “Las milicias de socorro del reino de Granada y su contribución a la defensa de la costa después de 1568”, en La frontera Nazarí como sujeto histórico (S. XIII-XVI) . Lorca, 1997, p. 613. 20 Ibídem, p. 614. 21 Ibídem, p. 615. Revista de Historia Militar, 118 (2015), pp. 117-146. ISSN: 0482-5748


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