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Revista de Historia Militar 118

LA CRISIS DEL 98 EN CANARIAS. LOS GENERALES MONTERO… 197 canario y balear. Rumores que parecían poner a ambos en almoneda, en especial al primero. Poco antes de finalizar junio, la autoridad militar notificaba a su ministro el plan de defensa en curso y solicitaba su aprobación. Había reparado sectores de la antigua muralla y cerrado los principales barrancos que conducían a la capital santacrucera en un frente de diez kilómetros; estimaba insuficiente el armamento individual de la guarnición; pedía la urgente aprobación de un crédito extraordinario (10 000pts.) para la conclusión de las obras y, finalmente, hacía extensivas a Gran Canaria las razones militares expuestas para la isla tinerfeña29. Una semana antes, el 22, fuerzas norteamericanas habían iniciado el desembarcado en Cuba sin hallar oposición de las fuerzas de guarnición. Finalizaba junio y se multiplicaron los rumores en la estela de los artículos aparecidos en la prensa nacional que especulaban con la posibilidad de un ataque a las islas Canarias, a fin de lograr una base logística para ulteriores ataques a las costas peninsulares o a las plazas del norte de África30. La derrota de Santiago de Cuba (el tres de julio) incrementó aún más la preocupación e incertidumbre en la provincia, y el mando militar solicitó refuerzos adicionales debido al giro en la situación y al potencial riesgo que implicaba para las Islas. Las fuerzas de guarnición le inspiraban confianza, pero las estimaba «cortísimas para rechazar empresas serias y seguir combatiendo ». Los refuerzos estaban destinados a las islas de Gran Canaria, Tenerife y Lanzarote hasta alcanzar, al menos, la cifra de 20000 efectivos en la provincia, con sus correspondientes medios de artillería -«numerosos porque el enemigo dispone de muchos»-, municiones, tiendas, equipo vario y fondos precisos para afrontar los gastos urgentes31. En otro orden de cosas, el Gobierno decidió aliviar la situación económica del contingente desplegado, y concedió una gratificación extraordinaria a la guarnición para compensar los altos precios de los artículos 29 Ibídem, 2ª Sección, 3ª división, legajo nº 325. Reproducido por CASTELLANO J. M. y CLAR FERNÁNDEZ J.Mª. en Los planes de defensa del archipiélago canario en el siglo XIX.. El informe (23 de junio) cifraba el armamento individual, para los defensores de esos diez kilómetros de frente, en 1360 fusiles Máuser y 1900 Remington. 30 La Época de 30 de junio de 1898. Reproducido por JOVER ZAMORA, José Mª, 1898: Teoría y práctica de la redistribución territorial. «En cuanto a las Canarias, aquella provincia adyacente, siempre lealísima a la patria, están bien guarnecidas y fortificadas, pero las islas son siete, el enemigo busca lo fácil, y no teniendo intereses en África, no aspirando a una ocupación permanente, tal vez se estableciese en alguna de aquellas poco defendida, y de la que no sería fácil expulsarle por nuestra inferioridad naval». 31 AGMS. Sección 1ª, legajo M3885. Telegrama del 6 de julio. Destila desconfianza por el influjo inglés en la población; y respecto de la petición de fondos, explica que los existentes en la sucursal de Banco son escasos. Revista de Historia Militar, 118 (2015), pp. 197-220. ISSN: 0482-5748


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