dades y las percepciones de los actores, es decir, cierto intervalo o espacio físico, temporal o causal en el que deja de producirse determinada acción y se dinamizan otras. Las mediaciones pueden ser concebidas entonces también como espacios de interacción entre paz y violencia en diversas dimensiones1. No obstante, tal y como destaca Muñoz: «… lo más importante es que tales mediaciones terminan por influir en el transcurso de los acontecimientos, de manera que el discurrir de los hechos depende en gran medida de todo este tipo de mediaciones»2. En este sentido, la significación de los encuentros entre patriotas (representantes del gobierno de Colombia) y realistas (representantes de la Corona española), en la ciudad venezolana de Trujillo y en el vecino pueblo de Santa Ana, entre el 19 y 27 de noviembre de 1820, como mediación, fue fundamental para la transformación y resolución del conflicto de emancipación de Venezuela –y a partir de allí de Ecuador, Perú y Bolivia– por vías menos violentas y para la dinamización de regulaciones pacíficas. Los encuentros de Trujillo, dieron como resultado el Tratado de Armisticio, suscrito el 25 de noviembre y el Tratado de Regularización de la Guerra, suscrito el 26 de noviembre. Estos fueron complementados con el encuentro de Santa Ana, entre el principal líder patriota y presidente de Colombia3, Simón Bolívar y el general español Pablo Morillo, principal autoridad militar y política del ejército realista en Tierra Firme, efectuado el 27 de noviembre. Este último significó un momento y espacio de reconocimiento e interpelación intersubjetiva entre los líderes de ambos partidos. Ciertamente el arribo al poder del gobierno liberal en la Península Ibérica a principios de 1820 y la coincidencia entre estos y los patriotas venezolanos en fundamentos del Liberalismo Político tales como la protección del individuo frente a los gobiernos absolutistas y la valoración de la persona humana y su racionalidad, hicieron posible la suscripción de estos tratados. El Tratado de Regularización de la Guerra será sin lugar a dudas el documento fundamental que redefinirá el conflicto, limitando la violencia 1 Francisco Muñoz y Beatriz Molina Rueda. «Estudio e Investigación de la Paz». Beatriz Molina Rueda y Francisco A. Muñoz. EN I Congreso Hispanoamericano de Educación y Cultura de Paz. Granada, Universidad de Granada. 2004, (s/n). 2 Francisco Muñoz. «La paz imperfecta en un mundo en conflicto». Francisco A. Muñoz (ed.). En La paz imperfecta. Granada. Universidad de Granada. 2001. p. 50 - 60. 3 La República de Colombia estaba conformada entonces por la Capitanía General de Venezuela y el Virreinato de Nueva Granada. A partir de 1822 se incorpora a la república Quito, actual Ecuador. Esta estructura se mantendrá hasta 1830, cuando Venezuela se separa de Colombia al igual que Ecuador. 119
REVISTA ESPAÑOLA DERECHO MILITAR 95-96
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