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Los eternos e insoslayables trámites de la depuración en relación con el Glorioso Movimiento Nacional. El instructor nombrado por la Comisión Depuradora, Fernando Rein Loring, siguiendo las normas y directrices marcadas por la Ley de 10 de febrero de 1939 y el Decreto 28 del mismo mes y año, estimó que Pons “era persona afecta la G.M.N. y que procedía su admisión sin sanción, con la consideración de excombatiente”. (En su expediente personal en Iberia) Adolf Hein Schwarz. De origen alemán, en el año 1947 era ya un hombre de mediana edad que trabajaba para la empresa Boetticher y Navarro. Fue el ingeniero que realizó, entre otras importantes obras, los ascensores del Metro de Madrid en la estación de Gran Vía, así como el castillete que se levantó a la entrada, en el exterior, de la citada estación en la Gran Vía. Buen amigo de Pons, aceptó colaborar en el diseño de un Planetario que sería un gran éxito para ambos. Sabemos por don Emilio Martín19, que Adolf Hein era un gran amante de la astronomía, que fabricó telescopios de espejo reflector por el sistema Newton y que era tan aficionado a la aviación que construyó, con cañas de bambú, un artilugio de alas batientes (unos dos metros de envergadura) por puro placer y no para intentar volar. Por sus conocimientos de óptica y de astronomía fue el colaborador necesario en la construcción del Planetario. Por su parte, doña Ingeborg ha confirmado al autor, en fecha reciente, que conoció al doctor Hein, en la pista de baile El Pingüino20, un local que tenía como característica convertirse en pista de hielo (única en Madrid en el año 1951) en la que la joven Ingeborg coincidió varias veces con el doctor Hein practicando el patinaje sobre hielo. Su preparación como ingeniero, sus extraordinarios conocimientos de astronomía y óptica e incluso su pasión por la aviación, fueron méritos más que suficientes para que Pons se interesara por obtener su colaboración. La aportación de Hein fue esencial en el proyecto del planetario, siendo muy probable que el diseño inicial estuviera inspirado en el más conocido en ese momento, de la empresa alemana de óptica Zeiss con la que Hein tenía algún contacto. Emilio Martín Suárez. (Madrid 1926). Delineante proyectista de Boetticher y Navarro, había realizado algunos trabajos para QBI. Fue él, bajo la dirección de Adolf Hein y de Fernando Pons, el que se encargó de la delineación de los planos del Planetario, escala 5:1 sobre papel vegetal especial, un trabajo excelente, largo y minucioso en el que, como dato curioso, el papel empleado alcanzó el peso de 15 kilogramos. Gracias a Emilio Martín se ha conservado un texto redactado por Adolf Hein en el que, tras una breve introducción, se detallan las instrucciones para el montaje y manejo del planetario, consejos para la buena conservación y engrase del aparato, divulgaciones astronómicas con figuras ilustrativas y, finalmente, algunos datos astronómicos. El esquema eléctrico se perdió en el año 1991. Los datos que se manejan a continuación sobre la construcción del Planetario proceden, en parte, de las notas que dejó escritas Adolfo Hein. CÓMO SE CONSTRUYÓ El Planetario, primero de los tres21 construidos en por los talleres QBI, es el resultado de un gran proyecto con una excelente planificación y de una construcción esmerada que reúne las buenas cualidades derivadas de la alta calidad de los materiales empleados, seleccionados entre los mejores disponibles en el mercado nacional y extranjero sin escatimar esfuerzo ni gasto alguno. Se compone de una cúpula en forma de media esfera que representa el firmamento artificial. En el interior de la cúpula (de blanco mate) se proyectan, mediante un ingenioso aparato eléctri- 103 (Foto cortesía Ingeborg Reppert).


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