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consiguieron amerizar y Quesada se lanzó al agua y arrastró, nadando, a los cuatro tripulantes de los Bristol hasta el Dornier. Una vez todos a bordo, les cedieron sus ropas para abrigarlos y llegaron, completamente desnudos, a la base de Mar Chica. MODESTO MADARIAGA ALMENDROS En la campaña de Marruecos, cumpliendo una misión de bombardeo entre Sidi-Dris y Afrau con un Dornier pilotado por el capitán José Gomá, uno de los tubos de aceite se rompió. Las condiciones meteorológicas hacían imposible el amerizaje y tampoco tenían la certeza de que el motor no se gripara antes de alcanzar la base. Madariaga, con riesgo de su vida, se introdujo en la zona de los motores con una lata de aceite. La operación era muy arriesgada debido a las fuertes turbulencias que agitaban al avión. A pesar de estos inconvenientes y de sufrir quemaduras por el aceite hirviendo que salpicaba de la tubería rota, consiguió ir recargando el aceite perdido con el que llevaba en la lata, hasta llegar al Atalayón. En diciembre de 1928 fue elegido por Ramón Franco para su proyectado, y fallido, viaje hasta los Estados Unidos que finalizó al caerse el Dornier Wal, primero de los construidos en España, al mar en condiciones de temporal. Varios días después de su naufragio la tripulación fue rescatada por un portaviones inglés. Sobre Madariaga, Franco diría después: Cuando el temporal estaba en plena fuerza estuvimos en inminente peligro de volcar con media ala bajo el agua. Decidimos entonces llenar de agua el flotador contrario, lo que hizo Madariaga con peligro de ser arrastrado por el mar. Le atamos por la cintura y nos agarramos nosotros formando cadena. Mediado de agua el flotador, el avión recobró su estabilidad, que no volvió a perder. El día 22 de agosto de 1931, junto con el capitán Jiménez, voló desde Madrid hasta Roma con el avión “Jesús del Gran Poder”. Al año siguiente, en 1932, pasó a las órdenes del capitán Barberán para ayudarle en la preparación del Breguet “Cuatro Vientos” que se construiría en la factoría de CASA en Getafe y con el que se pretendía volar hasta México. Madariaga participó activamente en la fabricación del avión y en su puesta a punto, por último se desplazó hasta Cuba para atender al avión a su llegada y prepararlo para el vuelo final hasta la ciudad de México. Como es sabido el “Cuatro Vientos” no llegó nunca a su destino, se perdió a consecuencia de una tormenta tropical, sin que se hayan encontrado sus restos. TRIBUTO DE SANGRE Naturalmente los mecánicos, al igual que los pilotos, se arriesgaban y pagaban el tributo de sus vidas para el progreso de la aviación; así, en la Aviación Militar Española, el día 14 de noviembre de 1930, varios aviones de la escuela de Observadores despegaron de Cuatro Vientos para un vuelo de prácticas; la tripulación de cada uno de ellos estaba formada por un piloto y un mecánico. En un momento determinado, dos de los aviones chocaron en el aire. Los pilotos saltaron en paracaídas y no sufrieron daño alguno. Los dos mecánicos, en circunstancias no conocidas, no pudieron hacer uso de sus paracaídas y cayeron con los aviones. Los dos perdieron la vida. Sus nombres: cabo David Sáez Brasero y soldado Eulogio Martín González. El día 21 de ese mes de noviembre, efectuando varios aviones vuelos en el aeródromo de Tauima, a uno de ellos, pilotado por el capitán don Julián Llamas de Rada y de su mecánico, el soldado Antonio Barragán Domínguez, cuando volaba a setecientos metros de altura, en un fuerte viraje se le desprendió un alerón, cayendo sin control al agua. Aunque los dos aviadores se quitaron los cinturones, no tuvieron tiempo de utilizar los paracaídas y perdieron la vida. A principios de 1931, los pilotos LeBrix y Doret acompañados por el mecánico Mesmin, intentaron batir el récord de vuelo en línea recta desde París a Tokio. El avión era un Dewoitine D. 33, enteramente metálico, con una envergadura de 28 metros y una longitud de 14,40 metros. Llevaba un motor Hispano de 650 caballos. El “Trait d'Unión”, como fue llamado, se construyó gracias a la ayuda de Coty, el célebre perfumista, propietario- de “Le Figaro” y de “L'Ami du Peuple”. Al sobrevolar Siberia, el motor se paró, al parecer por haber estado volando en mucha niebla y formarse hielo en el carburador. LeBrix y Mesmin saltaron en paracaídas, mientras Doret se quedó en el avión y no sufrió daños, aunque el avión se destrozó. El día 11 de septiembre del mismo año, despegan en un segundo prototipo. El día 12 por la mañana, mientras volaban sobre los Montes Urales, volando 13 > Doret, LeBrix y Mesmin. > Antonov ANT-20 “Máximo Gorki”. Toda nuestra pericia y arrojo habrían resultado inútiles si los aviones se hubieran entorpecido, no obedeciendo su mecanismo al manejo del mando, cosa tan fácil a lo largo de un viaje largo


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