Page 48

AEROPLANO 33

año, Fernández-Matamoros pasó destinado a la Escuela de Transformación de Guadalajara donde tripula los Havilland DH.9 durante 9 horas y 45 minutos2. El 7 de julio de 1932, antes de disfrutar el mes de vacaciones que emplearía para trasladarse a Liverpool, se incorporará a Getafe para prestar servicio en el Grupo 31 de Reconocimiento de la Escuadra nº 13. En la base madrileña, Fernández-Matamoros comienza su adiestramiento en el Breguet XIX, uno de los aviones míticos de la aeronáutica militar española de preguerra. En este sesquiplano realizará los consabidos vuelos de patrulla, escuadrilla y entre los diferentes aeródromos españoles en los que, salvo un choque con un DH.9 ocurrido a mediados de septiembre (suponemos que en un aterrizaje o un despegue) no experimentó ningún percance. A lo largo del año 1933, el soldado piloto siguió la rutina de vuelos del resto de la escuadrilla a bordo de los Breguet (volando asiduamente los números 33, 59, 126 y 140, entre otros) y amplió su formación aeronáutica haciendo el curso de Ametrallador-Bombardero, cuyo título obtuvo en junio junto con el empleo de cabo. Cabe reseñar algunos vuelos significativos, como los realizados a los aeródromos del Protectorado de África (Larache y Tetuán) donde llegó a tripular un Loring R.III, así como dos vuelos de homenaje. El primero de ellos lo llevó a cabo tripulando el Breguet nº 114 hacia Las Pedroñeras (Cuenca) donde se inauguró una lápida conmemorativa del nacimiento en esta localidad manchega del laureado capitán Félix Martínez Ramírez que había fallecido en accidente al estrellarse con un Avro de la Escuela de Alcalá de Henares. El segundo viaje tuvo como destino Valencia para la gran concentración aeronáutica que tuvo lugar a finales de octubre de 1933 con motivo de la llegada a su tierra natal de los restos mortales del escritor Vicente Blasco Ibáñez procedentes de Francia. El féretro del escritor valenciano llegó al puerto a bordo del acorazado Jaime I, siendo escoltado por el destructor francés Casad y los españoles Alcalá Galiano y Churruca. La comitiva naval fue recibida por el presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, autoridades políticas y una inmensa muchedumbre coronada por enseñas nacionales arriadas que lucían crespones negros4. Toda la multitud era sobrevolada por una masa de 85 aviones procedentes de las diferentes unidades aéreas militares y navales entre los que se encontraba el Breguet 126 La documentación del archivo de la Familia Fernández-Matamoros nos permite aclarar la trayectoria de este avión en España. La obtención del título piloto civil debió de ser coetáneo al regalo de la Blackburn L.1C Bluebird IV que le hizo su abuela Elizabeth Scott (de soltera Butler). Gracias a un pequeño artículo de periódico sabemos que Álvaro 46 la trajo en vuelo por etapas desde el aeródromo londinense de Brooklands hasta Lasarte, donde deleitó a los asistentes con algunas acrobacias. En una foto del Archivo de Fernández-Matamoros fechada en 1932 aparece nuestro protagonista a bordo de la Blackburn exhibiendo la matrícula española (EC-UUU) y, bajo las alas, el distintivo de la compañía de lubricantes inglesa Shell para la que Álvaro trabajaría como piloto publicitario. Este documento refuta la versión de Gerald Howson, que afirma que llegó a España en 1933 tripulado por Elizabeth Scott (en realidad propietaria y abuela de Ávaro) y que fue adquirido entonces por Álvaro, que la empleó hasta 1935 como avión publicitario (Aircraft of the Spanish Civil War. Putnam. London, 1990; página 53). Jaime Velarde Silió, escribió que nuestro protagonista se la compró a la “señora Scott” en 1933 y, una vez rematriculada, la empleó hasta 1935, año en que se la revendió a Eloy Fernández Navamuel (Aviones españoles del siglo XX. Fundación Infante de Orleáns. Madrid, 2008; p. 143). Velarde comenta que Fernández Navamuel la empleó en 1935 para viajar a Tenerife para promocionar la aviación en la isla y que regresó a la península con la Bluebird en julio de 1936 dirigiéndose a Santander, donde se convirtió en jefe eventual de la aviación republicana del Norte y, posteriormente, asumió la dirección de la 54 División de Milicias con la que estuvo combatiendo hasta la derrota de las tropas republicanas. Velarde, por último, dice que Navamuel se fugó con esta avioneta a Francia el 24 de agosto de 1937, donde buscó asilo político. Al parecer, la Blackburn Bluebird fue recuperada por el gobierno de la República, siendo destinado destinada a algún aeródromo de la zona de Cataluña. Parece que el fin de la Blackburn fue bien distinto; Jesús Gutiérrez Flores y Enrqiue Gudín de la Lama (“Cuatro derroteros militares de la guerra civil en Cantabria”. Monte Buciero 11. Ayuntamiento de Santoña, 2005; pp.175-176) han comentado que Navamuel, una vez expulsado del Ejército por un asunto de contrabando de tabaco, recibió permiso para llevar la avioneta a Santa Cruz de Tenerife en la motonave Villa de Madrid y en febrero de 1935 empezó a realizar vuelos de propaganda con la artista Raquel Meyer. A mediados de agosto fundó un Aero Club en el que no sólo pretendía el adiestramiento técnico-aeronáutico de sus miembros, sino también formación humana y cultural; también pretendió crear un servicio de aero-taxi entre Canarias y la península, pero el general Manuel Goded, Director General de Aeronáutica, se lo denegó. La población de Santa Cruz de Tenerife le hizo varios reconocimientos por su difusión de la aeronáutica y se le intentó compensar por la pérdida de sus avionetas en un temporal sucedido en enero de 1936. Navamuel se fugó de Santander a bordo de una avioneta Monospar ST-4 adquirida en Francia en agosto de 1936. Cuadro 1 La Blackburn L.1C Bluebird IV en España La avioneta luce la matrícula británica y el mote (peanuts, cacahuetes) que le puso Álvaro. Rematriculada y con el anuncio de la Shell bajo las alas.


AEROPLANO 33
To see the actual publication please follow the link above