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RHM_extra3_2015_500 años Gran Capitán

EL SOLDADO POLÍTICO: EL GRAN CAPITÁN Y LA ITALIA DE LOS ... 109 Al mismo tiempo, el Gran Capitán se erigió en intermediario de los prin-cipales cuerpos e instituciones, como la propia capital, en sus demandas a la Corona229. La dinámica del reino –política, por la pendiente definición de la autoridad virreinal, y feudal, por la alteración del equilibrio patrimonial en las diferentes instancias del poder local y provincial- vino a insertarse en la crisis general de la Monarquía, presidida por la oposición entre los aragone-ses de Fernando y los castellanos –“i baroni castigliani”, como escribirían los agentes diplomáticos de las cortes italianas-, mayoritariamente partida-rios del nuevo monarca Felipe el Hermoso y sus cortesanos flamencos. La inestabilidad aristocrática en Castilla reforzó las múltiples causas de tensión existentes en el reino de Nápoles, sumido además en una situación de in-seguridad legal por la demora en la concesión de la investidura del reino como feudo pontificio, insistentemente reclamada por el Rey Católico pero no otorgada hasta 1510, a pesar de los gestos interesados de acercamiento prodigados por el sucesor de Alejandro VI en el solio papal, Julio II230. Finalmente, tras renunciar a la regencia castellana a la llegada de Jua-na y Felipe, en 1506 Fernando embarcó hacia Nápoles, acompañado por su nueva esposa y por un nutrido cortejo de nobles aragoneses. Su recelo hacia Gonzalo era tal que encargó a Pedro Navarro un plan para arrestarlo y ocupar los castillos de la capital en caso de resistirse a su relevo como virrey231. La muerte de Felipe, mientras el rey se hallaba ya en las costas italianas, no resolvió el conflicto que oponía al monarca aragonés con la mayor parte de la nobleza castellana. Entre ésta destacaban, como uno de los grupos más activos en la pugna con el soberano, los parientes y aliados andaluces del Gran Capitán, encabezados por su primo el conde de Cabra y su sobrino el marqués de Priego, cuya esfera de acción en los señoríos y ciudades que controlaban, casi todos pertenecientes al reino de Córdoba, podía contar con el apoyo que, en el corazón de Castilla y en la propia cor-te, les facilitaría el Condestable de Castilla, pariente asimismo de Gonzalo. La estancia de Fernando el Católico en Nápoles, entre el otoño de 1506 y la primavera del año siguiente232, coincide con la consolidación de esa fac-ción durante la ausencia del rey. Mientras los nobles castellanos intentaban reagruparse para integrar un frente sólido, el rey hacía frente en Nápoles al descontento de buena parte de la aristocracia local, en el que Gonzalo in- 229 BNM, ms. 20.211. 230 Vid. Hernando Sánchez, Carlos José, El reino de Nápoles en el Imperio de Carlos V…, pp. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2015, pp. 45-114. ISSN: 0482-5748 179-182. 231 Vid. Zurita, Jerónimo, Historia…, vol. 4, VII, VI, pp. 36-37. 232 Vid. Hernando Sánchez, Carlos José, El reino de Nápoles en el Imperio de Carlos V, pp. 103-127.


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