Page 164

RHM_extra3_2015_500 años Gran Capitán

DEL GRAN CAPITÁN A LOS TERCIOS: LA HERENCIA DE GONZALO ... 163 principal, y en la infantería sólo una pequeña parte de los hombres usaban armas arrojadizas o de fuego68. Incluso a la altura de 1520, un reputado es-critor de temas políticos como Maquiavelo, todavía daba poca importancia a las armas de fuego –si bien sí que instaba a que la infantería usase la pica–, por lo que en los ejércitos ideales sobre los que teorizaba había una escasa presencia de arcabuces69. Hasta la llegada del Gran Capitán –especialmente tras su segunda ex-pedición a Nápoles (1501-1504)– ninguna nación realmente había hecho una apuesta por usar armas de fuego portátiles a gran escala en batallas campales, y menos aún por integrar en las mismas capitanías todas las armas disponibles. De hecho, en el ejército expedicionario había un espingardero por cada cuatro infantes70. Hasta ese momento las compañías estaban espe-cializadas, y solían organizarse atendiendo a su armamento. El Gran Capitán introdujo acertadamente en las mismas compañías distintas modalidades de armas –armas blancas y de fuego–, lo que ayudaba a que entre ellas tuvieran una mayor conexión y apoyo, permitiendo una mayor efectividad, y que a nivel táctico las compañías pudieran ser más polivalentes e independientes. La superioridad de las armas de fuego quedó patente durante la batalla de Cerignola (28 de abril de 1503), cuando los espingarderos castellanos li-teralmente acribillaron, primero, a las dos unidades de gendarmes franceses que encabezaban el asalto a las posiciones españolas para, a continuación, hacer lo mismo con un cuadro de piqueros suizos. Por primera vez, una infantería provista de armas de fuego venció a los dos tipos de tropas más reputadas de su tiempo, aunque para hacerlo se apoyó en obras defensivas de campaña –un foso–, y un contingente de lansquenetes alemanes armados con picas. El Gran Capitán abrió la zanja tras el consejo del italiano Fabrizio Colonna, y desde entonces el uso de obras de campaña pasaría a ser utili-zado habitualmente por las tropas españolas con enorme éxito. Pero el foso solo frenó el avance galo durante un corto periodo de tiempo, por lo que se debió usar a la infantería alemana–2.000, armados con picas– para terminar de desbaratar a los helvéticos. A pesar de los cambios sufridos por parte de la infantería española, el uso de las picas aún no estaba muy afianzado, lo que se conseguiría con las ordenanzas de 1503 y 1505. La innovación de Gonzalo, sin embargo, no fue el prevenir que iba a necesitarse un contin-gente de alemanes armados de aquella manera, si no que el uso combinado 68 Mallett, Michael: Mercenaries and their Masters. Warfare in Renaissance Italy. Bodley Head, Londres, 1974, pp. 155-158. 69 Maquiavelo, Nicolás: Del arte de la Guerra. Tecnos, Madrid, 1988, (original de 1520), pp. 54 y 57. 70 Quatrefages, René: La revolución…, op. cit., pp. 127-129. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2015, pp. 143-188. ISSN: 0482-5748


RHM_extra3_2015_500 años Gran Capitán
To see the actual publication please follow the link above