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168 ANTONIO JOSÉ RODRÍGUEZ - EDUARDO DE MESA puesto más honroso85. Pero quizá esta actitud ideológica hacia el predomi-nio de la pica –como la reina de las armas–, mostrada por algunos tratadistas de finales del siglo XVI fuera muy conservadora, ya que otros contemporá-neos como Eguiluz afirmaban lo contrario, que “en esta Era, el arcabucería y mosquetería son de mucha facción”, por lo que opinaba que en una com-pañía de 100 hombres bastaba con 35 piqueros86. A lo largo de la Edad Moderna las protecciones defensivas se fueron aligerando y reduciendo con la difusión de las armas de fuego portátiles. Así las viejas armaduras completas se mantuvieron para algunas unidades de caballería, pero en general fueron evolucionando hasta quedarse en lo esencial: un armazón de metal que cubría el torso. En teoría, los coseletes debían llevar además de un morrión para proteger su cabeza, su coselete entero, que además de su peto y espaldar –que cubrían el pecho y la espal-da–, debía constar de protecciones para muslos, cuello, hombros, brazos y manos: escarcelas largas, gola, guardabrazos y manoplas87. Según la do-cumentación de la época un coselete sencillo pesaba dos arrobas88, unos 22-23 kilos, lo que dificultaba el uso de la pica, por lo que no es de extrañar que durante el siglo XVII paulatinamente se fueran desechando parte de los complementos. A la altura de la década 1630 sabemos que la infantería sólo llevaba como armadura defensiva el morrión, peto, espaldar y como mucho una escarcela corta que protegía la parte superior de los muslos89. En esas fechas en Flandes un coselete valía 4 escudos, mientras que en España 15, aunque la calidad del material de éste último era superior90. Con la progresiva evolución de las armas de fuego se revirtió la tenden-cia y los piqueros fueron perdiendo peso. Parece que a comienzos del siglo XVII ya había muy pocos piqueros secos a los que se consideraba de muy poco provecho para la guerra, y las ordenanzas de 1632 determinaban que todos los piqueros cobrarían el sobresueldo de los coseletes, lo llevaran o no91. A esas alturas en Flandes aún se mantenía de forma regular el uso de coseletes, pero en los ejércitos creados en España en esa época pocas tropas 85 Sobre estas cuestiones especialmente, Puddu, Raffaele: op. cit., y Quatrefages, René: Los Tercios, op. cit., pp. 423 y ss. 86 Eguiluz, Martín de: Discurso y regla militar. Ministerio de Defensa, Madrid, 2001 (original Amberes, 1595), p. 167. 87 Londoño, Sancho de: op. cit., p. 34. 88 AGS, GA, leg. 1120. Relación del dinero que es necesario para conducir a Cataluña y otras partes armas, Madrid, 3/2/1635. 89 AGS, GA, leg. 1278. Relación de los coseletes y arneses que se enviaron a Cataluña los años de 1635 y 1636. 90 AGS, E, leg. 2050. Orden real, 3/3/1635. 91 AGS, SP, leg. 1431. Ordenanzas Militares impresas de 1632. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2015, pp. 143-188. ISSN: 0482-5748


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