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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 133

AGUSTíN PACHECO FERNÁNDEz zafarse del buque español «disparó algunos Cañonazos sin vala, y puso faroles en el tope del trinquete», señal que De la Zerda interpretó como «de pedir socorro». Tenía razón, y así lo interpretaron también desde el lado británico: «The Warwick then fired one of her after lower Deck Guns; which could bear no other Construction than to be a Signal of Distress» (10). Al amanecer del 27 de julio de 1747, el convoy inglés estaba ya «a distancia de dos leguas». Al mediodía, Pedro Messía lo perdió definitivamente de vista. Su informe sobre el combate finalizaba con un recuento de las bajas y del número de disparos efectuados: «Los muertos que he tenido durante la funcion han sido tres Hombres de mar y dos Pasajeros, llamados Don Pedro ygnacio de Urquina y juan Perez Veas. Heridos levemente, primero y segundo Condestable, y un Artillero de Brigada. ynfanteria 10. solo uno de mucho cuidado, los demás levemente. Artilleros, Marineros, y Grumetes 29. seis gravemente de los quales, en los días despues, murieron quatro, y el Soldado también. Sean disparado 406. Cañonazos del Calibre de á 24: 420. de a 18: 180 de a 8: 4.400 Cartuchos de fusil». Llama la atención el número de balas de fusil disparadas. Para advertir mejor lo elevado de la cifra, hagamos una comparación muy gráfica. En la batalla de Borodino (1812), considerada por los historiadores la jornada más sangrienta de las guerras napoleónicas, se emplearon mosquetes de chispa similares a los que se usaban a mediados del siglo XVIII. Pues bien: según las estimaciones más fiables, la infantería francesa efectuó ese día 1.400.000 disparos, una media de entre diez y quince por soldado en las aproximadamente doce horas que duró la batalla. Si se tiene en cuenta que en el estadillo de la tripulación del Glorioso se precisaba que los cabos y soldados dotados de fusil eran 140, cada uno de ellos realizó más de treinta disparos de media en las seis horas de enfrentamiento con la Lark y el Warwick. Durante la semana siguiente, la navegación a Ferrol prosiguió sin novedades dignas de mención. Pero el domingo 13, que había amanecido claro y con el cielo despejado, el vigía del palo mayor divisó tres velas: la primera de ellas, identificada por el propio Messía, era un paquebote «de porte 14 a 16 cañones al parezer corsario respecto la mucha gente que le beia con el anteojo y lo tascado de su costado y en sevado»; las otras dos no pudieron identificarse. Combate del cabo Finisterre El lunes 14 de agosto amaneció «con los órizontes claros el viento bien fresco y variable del NE al ENE y la mar algo gruesa del NE». A las «4¾ de la (10) «Entonces el Warwick disparó uno de los cañones posteriores de la cubierta inferior, lo cual no podía tener otra interpretación que la de ser una señal de socorro». CROOKSHANKS, john: The conduct and treatment of John Crookshanks…, 1759, p. 23. 20 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 133


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