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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 133

LA ESCUELA DE INGENIEROS NAVALES DE FERROL ñol. Posteriormente, el ingeniero general pasó a denominarse «comandante general del Cuerpo de Ingenieros de Marina». Las ordenanzas del Cuerpo de Ingenieros de Marina asignaban al ingeniero general competencias exclusivas en la elaboración de los proyectos y planos de los buques, arsenales y demás «obras de construcción, carenas, edificios, métodos de seguirlas, admisión de maestranza y como debe emplearse en sus trabajos». Según estas mismas ordenanzas, la Academia se nutría con oficiales provenientes de distintos cuerpos: ingenieros del Ejército, miembros del Cuerpo General de la Armada y de otras armas, e incluso, como alumnos libres, «caballeros civiles». Estos debían dirigir recursos con las certificaciones de los directores de las Academias en que cursaran las matemáticas, recursos que eran examinados por el ingeniero general. El plan de estudios de la Academia se componía de cuatro partes: 1) aritmética, 2) geometría con trigonometría, 3) álgebra y 4) estática y movimiento, con hidroestática e hidrodinámica. Los alumnos debían asistir dos horas por la mañana a clase de matemáticas y dos por la tarde a navegación y maniobra, y habían de superar exámenes mensuales hasta que se consideraban suficientemente instruidos. Las demás horas del día las dedicaban a dibujar planos de navíos, edificios, radas, puertos, arsenales…, así como a estudiar física y «ciencias de Ingeniero». Para salir ingeniero se requería haber realizado una campaña de mar y una visita de montes, y haber concluido los exámenes de matemáticas y presentado planos de navío y de fragata, calculado sus capacidades, resistencia de fluido y centro de gravedad. Los uniformes y divisas del Cuerpo de Ingenieros eran idénticos a los del Cuerpo General de la Armada. y lo más curioso y singular es que se consideraba a los «Ingenieros de Marina», al mismo tiempo, ingenieros facultativos y marinos militares, una suerte de ambivalencia/polivalencia de capacitación profesional que se manifestaba en una doble condición (11) por la que ostentaban una «clase de Ingeniero» y un «empleo militar de Cuerpo General». Aunque la Academia no tendrá continuidad —es difícil precisar sus años de funcionamiento efectivo—, tras varias décadas de brillante ejecutoria en la construcción naval en los astilleros del Estado (12), durante el desastroso reinado de Fernando VII el Cuerpo de Ingenieros de Marina se declara a extinguir (31 de agosto de 1825), para ser sustituido el 21 de enero de 1827 (11) Los ingenieros de Marina conjugaban una doble condición profesional (clase de ingeniero y empleo de Cuerpo General), según las siguientes categorías: ayudante de ingeniero (y alférez de fragata), ingeniero extraordinario (y alférez de navío), ingeniero ordinario (y teniente de fragata), ingeniero en 2.ª (y teniente de navío), ingeniero en jefe (y capitán de fragata), ingeniero director (y capitán de navío) e ingeniero general (y brigadier). (12) A lo largo del siglo XVIII, principalmente fueron los de La Habana, Ferrol, Cádiz, Cartagena, Veracruz y Guarnizo. Según diversos estudios, durante esta centuria se construyeron un total 243 buques de guerra (164 navíos, 77 fragatas y 2 corbetas), aparte de mercantes y otras embarcaciones menores. Año 2016 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 97


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