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59 Alberto Bueno La cultura de seguridad y defensa: una propuesta de... Por eso se entendió que el término de cultura de defensa era incapaz de abarcar todo el espectro de objetivos de la defensa nacional, paralizado ante «la evolución de la realidad»79 tanto en la política como en las sociedades nacional e internacional. De ahí que se sugiriera la noción de seguridad y defensa como concepto ampliado del de defensa, con el fin de resaltar las misiones y actividades desempeñadas por las Fuerzas Armadas, «el sector militar de la sociedad civil»80, que antes tienen que ver con la segu-ridad que con la defensa sensu stricto. Amén de esta distinción material, se distinguen la seguridad y la defensa por la distinta naturaleza de su enfoque para afrontar los problemas: mientras que la defensa es la forma de oponerse a un peligro o amenaza con carácter reactivo, la seguridad tiene un carácter más anticipatorio y proactivo ya que procura mantener fuera de todo riesgo, peligro y/o amenaza a las personas y bienes objeto de la seguridad, e impedir que las contingencias lleguen a convertirse en amenazas vitales81. De ahí que también se emplee la voz seguridad y defensa para reflejar esta doble diferencia: tipología de riesgos, amenazas y peligros; así como desempeño anticipativo –enfoque securitario– al que se destinan las capacidades militares. Podemos afirmar entonces que seguridad es, en efecto, un concepto más amplio que defensa82, pues aquel exige un nivel de protección en cualquier circunstancia que, además de asegurar la integridad territorial y la vida de los ciudadanos, garantice el funcionamiento de las instituciones y el ejercicio de las libertades públicas e individua-les, en cualquiera de los campos de actividad de una nación y frente a cualquier riesgo o amenaza que pueda atentar contra su integridad territorial, independencia y super-vivencia. La seguridad está más orientada hacia los beneficiarios finales –ciudadanos y sociedades–, que a las amenazas y potenciales agresores, lo que motiva que no sea solo, o preferentemente, militar83. En base a todos estos argumentos, nuestro punto de vista refleja la idea de la natu-raleza distinta, formal y material, de la defensa y la seguridad, aunque ello no impida apreciar los fuertes ligámenes y proximidad entre dichos ámbitos84. Sus caminos para- 79  Aunque el autor se refiere únicamente a la realidad social española, asumimos igualmente las transforma-ciones políticas y económicas, tanto nacionales e internacionales, o las de otra naturaleza, como las ecológicas. BENEDICTO, Miguel Ángel. «España en la Unión Europea: Una reflexión sobre la política de seguridad y defensa». En López Mora, F. y Ballesteros, M. A. (eds.). Ensayos sobre la cultura de defensa y la paz en la España actual. Universidad de Córdoba-Direccion General de Relaciones Institucionales de la Defensa. Córdoba-Ma-drid, http://revista.ieee.es/index.php/ieee 2011, p. 60. 80  ALONSO: op. cit., p. 38. 81  BALLESTEROS: op. cit., 2011; DÍEZ ALCALDE: op. cit.; PALACIOS: op. cit. 82  CALDUCH, op. cit., p. 81; MOLINER, op. cit. 83  PALACIOS, op. cit., pp. 18-20. 84  A pesar de lo expuesto, hay autores, como Feliú, que no comparten el uso complementario de ambos términos, al afirmar que el primero, el de seguridad, se dirige hacia la finalidad a conseguir, mientras que el segundo, el de defensa, es el conjunto de instrumentos, medidas y acciones orientadas a garantizar la seguridad, seguridad como defensa de los intereses vitales y estratégicos, así como de «nuestros valores». Por ello se muestra


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