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REVISTA IEEE 8

84 Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) Núm. 8 / 2016 El catedrático de Psicología Enrique Baca considera que no hay en los terroristas una psicopatología diferente de la persona normal, que no son inestables emocional-mente, sino que se identifican con la misión, tienen la convicción absoluta que dan su vida en virtud de un hipotético beneficio a la humanidad (los suyos) y mantienen una identificación total con el líder45. El doctor Bacas sostiene que en la tipología del terrorista actual se dan: a) una idea obsesionada de la actividad terrorista (núcleo de la radicalización); b) rebelión ante todo (antisistema); c) rebelión ante la potencia ocupa-da. Y define el «circuito de la víctima terrorista» con el siguiente esquema: agresión – sorpresa – indefensión – terror – alivio y culpa – humillación – intento de comprender – identificación de culpables (realista o no, abusiva o no) – odio – venganza – olvido. El terrorista y su lucha fanática Es difícil establecer un perfil psicológico del terrorista, su procedencia se distribu-ye por toda clase de familias y estratos sociales y el propio sujeto no se reconoce a sí mismo, en la mayoría de los casos, como tal. La psicología individual de los terroristas no se puede considerar homogénea, sus rasgos psicológicos y su personalidad varían y no pueden generalizarse46. No hay definida una personalidad terrorista, la mayor parte de los rasgos varían de unos sujetos a otros, pero hay uno que aparece de manera ocasional o permanente, la del fanático luchador o apasionado idealista. El fanatismo luchador es parcial, porque solo abarca un sector de la personalidad y a lo largo del tiempo se alterna fases fanáticas de encendido y actividad, con otras de apagamiento o suspensión. El encendido puede ser espontáneo o accionado por estímulos externos y circunstancias de la vida (entrar en contacto con grupos fanáticos terroristas o dedi-cados http://revista.ieee.es/index.php/ieee a otras tareas). El terrorismo es una ocupación más propia de jóvenes, porque en la edad juvenil el fanatismo luchador se enciende con mayor fuerza entre ideales religiosos, sociales o políticos. La fascinación por la causa crece en el fanático hasta grados extremos y se convierte en el eje de su personalidad y su conducta. Uno de los fanatismos más cre-ciente es el religioso, considerado más absoluto e implacable que el militar y el político (la misma palabra fanático proviene del latín fanum (templo o edificio religioso)47. Las relaciones de la religión con el fanatismo no se han extinguido: al sacerdote de religiones mistéricas estaba poseído por la divinidad se le llamaba fanático. En la antigüedad, los que practicaban un culto exacerbado a Ceres o Cibeles (diosa de la 45  BACA, Enrique. «La radicalización desde la psicopatología». Las nuevas dimensiones del terrorismo global. Jornadas de Terrorismo. Fundación Manuel Jiménez Abad e IEES, Zaragoza, 18 de noviembre de 2015. 46  DE LA CORTE: op. cit., p. 199. 47  ALONSO-FERNÁNDEZ: op. cit., pp. 297-299.


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