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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 910

SECCIONES FIJAS REVISTA EJÉRCITO • N.910 ENERO/FEBRERO • 2017  129  actores estatales en operaciones encubiertas. En ocasiones los actores no estatales son apoyados o utilizados por uno o varios estados mediante operaciones encubiertas o partes intermedias. 3. Espacio: Se opera en diferentes escenarios y no se restringe a un espacio físico, sino se utilizan los otros espacios donde la inmediatez, la falta de rigor, las reacciones en cadena incontroladas, como las que se producen en las redes sociales, son inmediatas, también los medios de comunicación social, el ciberespacio y otros espacios con la finalidad de debilitar al oponente erosionando su legitimación y el apoyo social y desde luego dominando el espacio físico elegido. En la historia de los conflictos del siglo XXI, los casos más claros de conflicto híbrido fueron en 2006 entre Israel y Hezbolláh, el conflicto en Siria e Irak desde el 2013, el conflicto de Ucrania desde el 2014 y la actual y previsible situación en Libia. En el conflicto entre Hezbolláh e Israel ninguno de los actores, incluido Irán, tenía interés en escalar el conflicto para evitar que Israel interviniera en la guerra civil en Siria, con la finalidad de debilitar al régimen de Al-Assad y disminuir la influencia chií en el Líbano. El evitar la escalada del conflicto a un enfrentamiento convencional con gran empleo de medios, es típico del conflicto híbrido. En cuanto a la guerra en Siria e Irak el DAESH ha utilizado todos los medios, actores y espacios a su alcance llevando las consecuencias del conflicto a miles de kilómetros. Por otro lado la coalición está utilizando una combinación de ataques aéreos convencionales, despliegue de asesores militares, apoyo al ejército iraquí y apoyo con armas a los peshmergas kurdos o adiestrando a las fuerzas opositoras a Al-Assad. Sin embargo, este uso de medios para realizar un apoyo militar directo o indirecto no se puede considerar acción híbrida, sino una acción encaminada a coordinar a diferentes partes en la lucha con el objetivo final de hacer desaparecer al DAESH. En efecto, la formación de una respuesta militar eficaz y coordinada, incluyendo a fuerzas de Estados árabes, ha sido hasta ahora el elemento más efectivo contra el DAESH. En cuanto a Libia, sin haber llegado a ser guerra híbrida, tiene muchos aspectos o elementos de la misma. Podemos detectar presencia de organizaciones terroristas, actores externos que apoyan a las diferentes facciones en conflicto, actores internacionales relevantes envueltos en el conflicto y actividades criminales que incluyen tráfico de armas, de drogas, de seres humanos y todo ello manejado por una fuerte propaganda. Aún no ha estallado de forma abierta otra guerra híbrida, pero a juicio de Italia, aliado de la OTAN que pidió al Consejo Atlántico situar a Libia dentro de sus primeras prioridades sin lograrlo, pronto lo hará. La OTAN sigue obsesionada con el frente Este cuando el flanco Sur se desmorona. Italia y España encuentran dificultades para convencer a los aliados que el flanco Sur es el realmente preocupante. Por último, el general Gerasimov, jefe del Estado Mayor de la Defensa ruso de 2010 al 14, se refería a la «doctrina» de empleo de la guerra híbrida, denominada «doctrina Gerasimov», como el uso integrado y simultáneo de fuerzas militares y fuerzas no militares, que unido al uso intensivo de la guerra de información y operaciones de influencia en todos los medios y redes posibles, consigue objetivos políticos deseados sin tener que utilizar la fuerza militar abiertamente. En Crimea y Ucrania el empleo de esta doctrina ha dado muy buenos resultados a Rusia. Sin duda el empleo de la guerra híbrida ha sido muy rentable para Rusia a pesar de sufrir un embargo internacional importante. En resumen, la verdadera finalidad de la guerra híbrida es lograr el objetivo político manteniendo el conflicto siempre bajo el nivel de empleo masivo de la fuerza militar, evitando una reacción de los medios militares convencionales de defensa, manteniendo el uso integrado de medios militares y no militares, evitando en definitiva que el conflicto escale y que se produzca un evento tipo «cisne negro» con recurso a la defensa colectiva y medios importantes y resolutivos. Es por ello que los ejércitos deben establecer nuevas estructuras, conceptos y procedimientos que sean capaces de reaccionar a los desafíos de la guerra híbrida, adaptando los medios de defensa colectiva a estas amenazas, sin dejar de tener abierta la opción de utilizarlos de forma convencional en caso necesario. La imaginación de los actores y la rapidez en la decisión son aspectos destacables en el empleo de nuevas tácticas o procedimientos en la guerra híbrida,


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