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REVISTA HISTORIA MILITAR 112

172 ESTEBAN MORENO RESANO estratega. Majencio no previó los movimientos de Constantino ni realizó una eficaz defensa de sus territorios, aunque lo intentó. Las fuentes antiguas no proporcionan ningún dato concreto ni fiable con relación a las unidades del ejército y en número de soldados que intervinieron en la campaña de 31281. Lactancio dice que Majencio contaba con las tropas de Severo y que además trasladó tropas africanas a Italia82. Tampoco son coincidentes las cifras de soldados que ofrecen. Nazario sólo indica que los hombres de Majencio for-maban un gran contingente83. El panegírico de 313 señala que fueron cuarenta mil los de Constantino y cien mil los de Majencio84. Menos verosímil es el número que indica Zósimo, que los cuenta respectivamente en noventa y ocho mil y ciento ochenta y ocho mil85. Estas indicaciones deben de responder a un intento de engrandecer el número de efectivos militares de época cons-tantiniana para parangonar las guerras civiles del siglo IV con las de época republicana86. En realidad, es difícil suponer que Constantino, que no podía desguarnecer ni Britannia ni Galia ni África, contara con seguridad con más a su disposición en la campaña itálica que las legiones pseudocomitatenses I Flauia Gallicana Constantia y I Flauia Metis, además de la uexillatio de los Equites Constantini feroces. Este contingente militar podía sumar entre mil ochocientos y dos mil novecientos hombres, siendo este número el más proba-ble87. Con independencia de los recursos humanos, la ventaja de Constantino estaba en su preparación para el mando militar. Por lo que señala Nazario, dirigió personalmente las batallas, hecho que suponía un importante aliciente moral en sus hombres88. Majencio, por el contrario, dividió sus tropas, bajo 81  HOFFMANN, Dietrich: Das spätrömische Bewegungsheer, vol. II, op. cit., p. 73, n. 654; 79, n. 1; KUHOFF, Wolfgang: «Ein Mythos in der römischen Geschichte: der Sieg Konstantins des Groβen über Maxentius vor den Toren Roms am 28. Oktober 312 n. Chr.», en Chiron, 21 (1991), páp. 127-174, esp. p. 143. Donciu supone que los pretorianos fueron apoyados por los equites singulares Augusti, por las legiones II Parthica, XI Claudia y XXX Vlpia y los auxiliares Cornuti. (Cf. DONCIU, Ramiro: L´empereur Maxence, op. cit., pp. 81, 125-126, 155-186). Las fuentes no mencionan ninguna de estas unidades. La intervención de los germa-nos, planteada por Alföldi, no está demostrada. Cf. ALFÖLDI, Andreas: «Cornuti. A Teutonic Contingent in the Service of Constantine and its Decisive Role in the Battle of the Milvian Bridge», en Dumbarton Oaks Papers, 13 (1959), pp. 169-183. 82  Lact., De mort. persec., XLIV, 2; Zos., II, 15, 2. 83  Paneg. Lat. IV (X), 23, 1. 84  Paneg. Lat. XII (IX), 3, 3. Cf. DONCIU, Ramiro: L´empereur Maxence, op. cit., pp. 164-165. 85  Zos., II, 15, 1-2. Según Rocco, estas cifras son simbólicas. Cf. ROCCO, Marco: Persistenze e cesure nell´esercito romano dai Severi a Teodosio I: ricerche in ambito socio-politico, isti-tuzionale, strategico (Tesis Doctoral), Università degli Studi di Padova, Padova, 2011, p. 250. 86  Véase al respecto: ROTH, Jonathan: «The Size and Organization of the Roman Imperial Le-gion », en Historia, XLIII (1994), vol. 3, pp. 346-362. 87  Una legión tenía entonces entre ochocientos y mil doscientos hombres, y una unidad militar, entre doscientos y quinientos. Cf. RICHARDOT, Philippe: La fin, op. cit., pp. 82-83. 88  Ibídem, p. 40. Revista de Historia Militar, 120 (2016), pp. 172-198. ISSN: 0482-5748


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