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REVISTA HISTORIA MILITAR 112

GUERRA, EJÉRCITO Y RELIGIÓN DURANTE EL PRINCIPADO DE CONSTANTINO 193 Sólo a Ti te reconocemos como Dios, a Ti te reconocemos como soberano, a Ti te invocamos como Valedor, de Ti obtenemos las victorias, por Ti somos superiores a los enemigos (...) rogamos séanos conservado el tiempo más largo posible, a salvo y victorioso, nuestro emperador Constantino, así como sus piadosos hijos183. El tenor de esta plegaria es similar a la usada por Licinio y las invo-caciones que aparecen en los panegíricos latinos constantinianos. Aunque Eusebio la interpreta como cristiana, más bien parece corresponder al he-noteísmo. Constantino sólo se hizo acompañar de presbíteros, para que celebra-ran oficios y rezaran para obtener la victoria imperial mientras preparaba la campaña contra los persas en 337184. Al ser ceremonias litúrgicas, de acuer-do con el testimonio de Sozomeno, historiador eclesiástico del siglo V, es lógico que asistieran todos los soldados que quisieran185. Su contemporáneo Teodoreto afirmaba además que el propio Constantino había adoctrinado a algunos de sus hombres de armas en el cristianismo186. Aunque estos tes-timonios sean tardíos, ofrecen cierta fiabilidad en tanto que coinciden en recordar que el emperador trató de difundir la religión cristiana entre sus tropas. No obstante, también advierten de que el proselitismo constantinia-no tuvo sus límites. Si instruyó a algunos de sus combatientes, éstos fueron personas que tuvieran trato directo con él. Su número era, por consiguiente, reducido y su rango, elevado, lo que sugiere que eran, cuando menos, duces y tribuni. Por otra parte, la propagación de cristianismo tuvo que reducirse a los soldados que acompañaban a Constantino, los comitatenses, y los que le rodeaban para garantizar su defensa, los protectores187. Sólo ellos pudie-ron asistir a los indicados oficios eclesiásticos castrenses, y, acaso, recibir instrucción en materias sagradas de los clérigos o, quizás, del propio Cons-tantino. Constantino se hizo bautizar en 337, cerca de Nicomedia, cuando presintió la proximidad de la muerte. Su cadáver fue escoltado con gran solemnidad hasta Constantinopla y ante él se prosternó, por orden, toda la jerarquía militar, a los que siguieron los senadores de la ciudad y, luego, 183  Euseb. Caes., VC, IV, 20, 1. Para la traducción: GURRUCHAGA, Martín: Eusebio, op. cit., p. 346. 184  Euseb. Caes., VC, IV, 56. 185  Sozom., HE, I, 8. Cf. LEE, A. Doug: War, op. cit., p. 183. 186  Theod., HE, IV, 1, 6. Cf. LEE, A. Doug: War, op. cit., p. 183. 187  Una ley del año 325 (CTh. VII, 20, 4) diferenciaba entre las tropas imperiales a comitatenses, ripenses, protectores, alares y cohortales. Revista de Historia Militar, 120 (2016), pp. 193-198. ISSN: 0482-5748


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