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REVISTA HISTORIA MILITAR 112

LA AUTOMOCIÓN EN EL EJÉRCITO ESPAÑOL 43 llevó a progresar entre dos columnas, para apoyar su avance hacia monte Malmusi y Morro Viejo. Aprovechando su potencia de fuego, rápida y exito-samente se consolidó el terreno, llevando a cabo la misión con pocas bajas31. Las unidades de Renault FT-17 con las que contaba nuestro ejército volvieron a la ECT de Carabanchel en 1926 (DO. n.º 246). Tras ser disuelta la Cía. de Carros de Asalto, con estos carros se formó un Grupo de Carros (Orden Circular de 22 noviembre de 1926) dependiente de la 3ª Sección de la Escuela Central de Tiro, y, posteriormente, en 1931, se crearon dos regi-mientos de carros de combate (DO. n.º 138), con la intención de que cada regimiento contase con una Cía. de Carros Renault y otra Cía. de Carros Trubia, aunque no se consiguió. El Regimiento n.º 1 se formó en Madrid y el n.º 2 en Zaragoza, y a cada regimiento se le asignó cinco Renault FT-17, quedando tres en la Escuela (solo quedaban trece carros operativos) para instrucción y cursos. Los Schneider CA-1 (M 16) permanecieron en la Comandancia de Melilla hasta 1929, que regresaron a la Península. Dos al parque de Artille-ría de Madrid, para repararse, y cuatro a la Escuela de Automovilismo de Revista de Historia Militar, 120 (2016), pp. 43-50. ISSN: 0482-5748 Artillería en Carabanchel. Renault FT-17 en camiones En septiembre de 1923, llegan a la Maestranza de Artillería de Melilla siete carros Saint-Chamond Chenillette M 21. Este era un vehículo con un tren de rodaje mixto de cadenas y ruedas (para cambiar de una propulsión 31 DACOBA CERVIÑO, Francisco José: El Regimiento de Infantería Acorazada «Alcázar de Toledo» n.º61. Galland Books, 2013, p. 16.


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