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DAVID RUBIO MÁRQUEZ importancia que en las rutas comerciales habían adquirido las islas Canarias, objeto de rivalidades comerciales anglo-germanas, da idea el dato de que en el puerto de Las Palmas había internados 16 barcos y en el puerto de Tenerife seis, representando el primer y el cuarto puerto, respectivamente, en número de barcos con pabellón de los imperios centrales en ellos (2). La retirada del comercio internacional de tan importante cantidad de buques tuvo inmediatas repercusiones. La subida de los precios de los fletes benefició a los países neutrales. Los navieros escandinavos, griegos y españoles vivieron una edad de oro. Los aspectos positivos de la guerra para la marina española El impacto de la primera guerra mundial en la economía española Antes de realizar el análisis de los aspectos positivos que para la marina mercante española deparó la primera guerra mundial, nos detendremos brevemente en su impacto sobre la economía nacional. Lo primero que debemos afirmar rotundamente es que España se benefició de su posición neutral, experimentando un primer despegue industrial. La caída de las importaciones, unida al volumen cada vez mayor y los precios en alza de las exportaciones, estimuló la producción interior con carácter sustitutorio. La industria textil catalana, en decadencia desde la pérdida de las colonias, cobró nuevo vigor. Las empresas vascas del acero y el hierro incrementaron también sus beneficios. La industria química y la hidroeléctrica también se expandieron enormemente. El superávit registrado en la balanza de mercancías entre 1915 y 1919 va a mantener llenas durante un par de décadas las arcas del Banco de España, además de permitir tanto el rescate de una parte sustancial de la deuda exterior española como pagar la industria española el utillaje comprado, liquidar las deudas anteriores, acumular una importante reserva de oro e incluso invertir capitales en empresas extranjeras. Los productos con valor estratégico se pagan en el mercado internacional a precios muy elevados. Se exportan desde España textiles de lana, algodón y yute, metales y sus manufacturas, cueros y calzados, papel y derivados, maquinaria y productos químicos. La minería, especialmente la extracción de carbón en Asturias, vivió una edad dorada. Aunque el valor de la producción minera había ido aumentando desde comienzos del siglo xx, alcanzó su cenit en los años 1917 y 1918, descendiendo a partir de esta última fecha. En cuanto a la agricultura ―conviene recordar que aún en 1917 un 60 por 100 de la población española vivía en el campo y más de la mitad de los trabajadores censados eran campesinos―, el impacto fue ambivalente. Por último, el sector bancario vivió un enorme desarrollo de la banca privada. Muchos bancos, especialmente los vinculados a la industria siderúrgica, a la minería, a las navieras y a la producción de papel, cuadruplicaron o quintuplicaron sus capitales y sus reservas. (2)  Ibídem, p. 375. 40 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 136


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