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150 económica. A día de hoy la puesta en práctica de dichos lineamientos está todavía a mitad de camino. En febrero de 2013, al ser reelegido por la Asamblea Nacional del Poder Popular para la presidencia del país, Raúl Castro dejó muy claro que se trataba de su último periodo de mandato que concluiría en febrero de 2018. Recientemente, en abril de 2016, durante el VII Congreso del Partido Comunista Cubano, afirmó igualmente que aquel era el último congreso del partido en el que participaría la generación histórica; marcando abril del 2021 como la última fecha para la completa renovación de los cuadros dirigentes del país. Sin embargo, dicho Congreso no respondió a las expectativas y parece que Raúl Castro tuvo que elegir entre reforma y unidad del partido. Al menos por el momento, primó la unidad. Por otra parte, las dificultades económicas derivadas de la crisis venezolana y de la caída de los precios del petróleo no daban al régimen cubano mucho margen de maniobra. Es evidente que cuando se produzca el cambio generacional en la dirigencia cubana muchas cosas van a cambiar. El tiempo juega un papel clave, porque cada vez queda menos y es muy importante poner las bases para una futura Cuba donde la reconciliación y un modelo económico eficaz e integrado con su entorno son retos de grandes magnitudes. Ni en Washington, ni en La Habana se desea un salto en el vacío. Tras el anuncio, el 17 de diciembre de 2014, de la reapertura de relaciones diplomáticas entre ambos países, cuando se supo que Canadá y el Vaticano habían hecho una importante labor de mediación en unas conversaciones secretas que habían durado 18 meses, el Gobierno cubano se encontraba con un panorama extraordinariamente complejo. Hasta aquel momento el antagonismo frente a los EE.UU., era un elemento central y definitorio de su ideología política que justificaba los grandes sacrificios que se pedía a la población. El acercamiento a Washington suponía pues una redefinición de la política cubana en casi todos los ámbitos. La visita de Barack Obama a La Habana en marzo de este año se convirtió en un hecho de enorme trascendencia. El primer presidente negro de los EE.UU., supo comunicar con la población cubana y dio pruebas de un carisma y una desenvoltura verdaderamente extraordinarios. La ovación espontánea de los allí presentes al ver entrar a Obama en el estadio de béisbol debió tener un enorme impacto en la élite política de Cuba. En los días posteriores se apreció un cierto vértigo en la bie3 ŽƐĂŹŽƐĚĞƐĚĞĞůƌĞĞŶĐƵĞŶƚƌŽĐƵďĂŶŽͲŶŽƌƚĞĂŵĞƌŝĐĂŶŽ :ŽƐĠWĂƌĚŽĚĞ^ĂŶƚĂLJĂŶĂ'ſŵĞnjĚĞKůĞĂ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞŶĄůŝƐŝƐ ϲϲͬϮϬϭϲ ϳ


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