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REVISTA ESPAÑOLA DEFENSA MAYO 2017

El programa de pequeños satélites (en la foto, ensamblaje del Nanosat 1B) está orientado a misiones científicas y tecnológicas de bajo coste. cual, al crearse el 8 de julio de 1963 la Comisión Nacional de Investigación del Espacio (CONIE), extendió sus atribuciones al dominio espacial, como laboratorio y centro tecnológico del nuevo órgano. Adquirió entonces su actual denominación, sustituyendo en ella la palabra Aeronáutica por la de Aeroespacial. Esa década estuvo marcada por la colaboración hispano-norteamericana en esta materia, a partir del primer acuerdo con Estados Unidos, suscrito en 1960. El acuerdo se refería a la construcción de una estación de seguimiento espacial de la NASA para apoyar el proyecto Mercury; la estación se levantó en Maspalomas (Gran Canaria) y entró en servicio en septiembre de 1961 para seguir a la cuarta misión del Mercury, una cápsula sin tripulante que dio una vuelta a la Tierra. En esa época, Maspalomas estaba siendo totalmente operada por técnicos norteamericanos, pero la presencia allí de personal del INTA permitió conocer de cerca los equipos y métodos de trabajo de la NASA. La colaboración con la agencia estadounidense se concretó sobre todo en la operación y mantenimiento de las estaciones madrileñas de Fresnedillas y Robledo de Chavela y en la de Cebreros (Ávila), que jugaron un papel decisivo en las misiones a la Luna. Las tres contaron desde el primer momento con personal español y pasaron progresivamente a ser dirigidas por el INTA. Las relaciones con Estados Unidos y la NASA daban mayores resultados que las relaciones con los países europeos, ya que en la carrera espacial de Estados Unidos iba muy por delante de Europa. Pese a ello, en 1960 una delegación, en la que figuraban técnicos del INTA, acudió como observadora a la reunión preparatoria para crear la Organización Europea para la Investigación Espacial (ESRO). La delegación logró que España fuera miembro del nuevo organismo, antecedente de la Agencia Espacial Europea (ESA). En 1966 la NASA requirió al Gobierno español un emplazamiento para situar en él un campo de lanzamiento El Instituto colabora en programas espaciales de la NASA desde los años 60 Mayo 2017 Revista Española de Defensa 11 INTA desarrollo de sistemas de comunicaciones y observación de la Tierra a través de satélites han tenido en el INTA un referente y un colaborador. —¿Y en el ámbito internacional, en qué sectores está más presente el Instituto? —Participamos en proyectos espaciales a los que solo tiene acceso un selecto grupo de naciones integradas en la Agencia Espacial Europea, colaborando con empresas y organismos del sector de todo el continente. La industria aeronáutica y aeroespacial es muy competitiva. España se encuentra en ambos casos entre las cinco grandes potencias de la Unión Europea y para conseguirlo el INTA desarrolló su papel y continúa haciéndolo. Y de ahí tenemos una gran fuente y carga de trabajo; por citar un aspecto, el INTA no solo es el órgano que certifica en España todas las aeronaves militares sino que es un referente mundial en esta área certificando aviones y sistemas para gran cantidad de países aliados y amigos. En materia naval, el nuevo INTA es el centro especializado en los ensayos y estudios de nuevos diseños de buques. En cuanto a la industria automovilística, genera una importante carga de trabajo para nosotros, en materia de ensayos e informes para la homologación de todo tipo de vehículos. —¿En qué actividades se colabora más habitualmente con las empresas? —Las demandas son muy variadas, pero hay algunos campos en los cuales somos más competitivos, debido, precisamente, a que nuestra experiencia y nuestros medios de ensayo son únicos. Por ejemplo, nuestro banco de ensayos de turborreactores es uno de los pocos en el mundo con capacidad para realizar los ensayos de desarrollo de los nuevos motores turborreactores de los aviones del futuro. Por otra parte, contamos con instalaciones tecnológicas de primera línea para el ensayo de antenas de comunicación, paneles fotovoltaicos y otros equipos destinados al aprovechamiento de las energías limpias. Además, disponemos de laboratorios para el ensayo de buques de todo tipo —militares, mercantes, deportivos…— en todas sus facetas y, por supuesto, instalaciones específicas para el ensayo de armamento y sistemas de protección contra amenazas nucleares, bacteriológicas y químicas, además de todo lo relacionado con la ciberseguridad, que tanto preocupa en estos días. S. F. V.


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