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949 sobre el Código de Conducta en el mar del sur de China tras avanzar en unas negociaciones que desde 2002 nunca habían acabado en buen término16. Con los relevos presidenciales en Filipinas y Washington, el nuevo statu quo ha quedado definido por la aproximación que han adoptado los presidentes Trump, Xi y Duterte ante la cuestión del mar del sur de China, así como por la visión que cada uno concibe sobre el nuevo orden de equilibrio regional y mundial. En el caso particular de la relación entre Washington y Manila, no ha tenido tanto impacto el cambio presidencial de Obama por Trump, a pesar de seguir modelos de gobernanza claramente antagónicos, sino más bien el alejamiento previo iniciado por el presidente Duterte de Estados Unidos desde que el filipino tomara posesión del cargo el 30 de junio de 2016, en clara oposición al posicionamiento más alineado del anterior presidente de Filipinas, Benigno S. Aquino III. Con este giro, la alianza entre Estados Unidos y Filipinas, todavía bajo el mandato de Obama, para frenar el avance de Pekín en el mar del sur de China comenzaba a hacer aguas. La tensión en las relaciones llegó cuando el filipino insultaba al estadounidense públicamente en unas declaraciones. Aunque finalmente hubiera un ligero acercamiento entre las partes en septiembre de 2016 durante la Cumbre de la ASEAN en Vientiane, Laos, la ruptura de 70 años de alianza con Washington quedaba patente cuando Duterte ponía rumbo en visita oficial a China en octubre del mismo año. El objetivo, establecer nuevas alianzas con el gigante asiático y reducir la influencia militar de Estados Unidos en Filipinas. Con este giro en las relaciones bilaterales, Filipinas daba por finalizado el antiguo modelo de alianza con Estados Unidos en Asia, al que sigue perteneciendo Japón, Corea del Sur y Australia, aunque seguramente se seguirá manteniendo una relación muy estrecha por los profundos vínculos establecidos durante los años de alianza. Esto ha permitido, por ejemplo, que hasta el momento no se haya roto el acuerdo firmado en 2014 que da acceso a Estados Unidos a cinco bases militares en las Filipinas, una de ellas situada en Palawan, a unas 100 millas de Scarborough, para el que solamente se necesita una notificación previa de un año. A cambio, Duterte ha reabierto conversaciones directas con Xi Jinping, y aunque no se haya alcanzado un acuerdo sobre la disputa territorial, sí se ha avanzado en conseguir que los pescadores filipinos vuelvan a Scarborough por 16 «China says first draft of South China Sea code of conduct ready», Reuters (08.03.2017). Disponible en http://www.reuters.com/article/us-china-parliament-southchinasea-idUSKBN16F0JR. Fecha de consulta 08.03.2017. bie3 ĂŵďŝŽĚĞĂůŝĂŶnjĂƐĞŶĞůŵĂƌĚĞůƐƵƌĚĞŚŝŶĂ͗ƌĞƚŽƐĚĞůŶƵĞǀŽͨƐƚĂƚƵƋƵŽͩ ŐƵĞĚĂWĂƌƌĂWĠƌĞnj ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞKƉŝŶŝſŶ ϯϯͬϮϬϭϳ ϭϯ


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