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951 que Washington podría no seguir más la doctrina de «Una sola China», las relaciones han vuelto a un estado de normalidad. En adelante, Washington y Pekín deberían seguir fortaleciendo las relaciones, ya que las acciones por modelar su propia visión del orden mundial y por salvaguardar su esquema de defensa y seguridad internacional pueden llevarles a futuros entornos de confrontación. Más allá del conflicto existente en el mar del sur de China, la ambición por conseguir mayor dominio militar podría enfrentar a ambas potencias en nuevos entornos. Por ejemplo, la reciente construcción de la base militar china en Djibouti, un pequeño país en el Cuerno de África, es la primera que Pekín construye en el extranjero, situada a pocas millas de las instalaciones estadounidenses de Camp Lemonnier en el país. Con la llegada de un nuevo vecino a la zona, no solamente se rompe el equilibrio actual de fuerzas desplegadas por otros países en operaciones de defensa y seguridad, sino que supone iniciar una nueva etapa en la convivencia de las fuerzas militares de Washington y Pekín en ubicaciones donde China comienza a mostrar sus ambiciones de expansión global. Estas operaciones son consecuencia de la apuesta de Pekín por modernizar su ejército, apoyándose en un presupuesto de defensa que se espera se duplique en 10 años, pasando de los 123 billones de dólares de 2010 a los 233 billones de dólares estimados para 2020, según el informe de Jane's Defense Weekly18 de 2016. De cumplirse, sería cuatro veces mayor que el del Reino Unido y mayor que los gastos conjuntos en defensa regional de todos los países de Europa Occidental. En el caso de Estados Unidos, el informe estima que el presupuesto de defensa representa aproximadamente el 40% de todo el presupuesto global de defensa. Y respecto al mar del sur de China, el informe afirma que los Estados clave de la zona gastaron 166 billones de dólares entre 2011 y 2015 en la adquisición de equipos de defensa, cantidad que se espera que aumente hasta los 250 billones de dólares entre 2016 y 2020, buscando priorizar las capacidades aéreas y navales. Entre las prioridades de China, también figura seguir dando pequeños pasos hacia la consolidación de un mayor poder regional en el mar del sur de China, provocando la reacción de Washington y del resto de países asiáticos por la defensa de la libre navegación. Estas operaciones podrían generar frecuentes episodios de inestabilidad, 18 «2016 IHS Jane's Defense Budgets Report», IHS Markit, diciembre 2016. bie3 ĂŵďŝŽĚĞĂůŝĂŶnjĂƐĞŶĞůŵĂƌĚĞůƐƵƌĚĞŚŝŶĂ͗ƌĞƚŽƐĚĞůŶƵĞǀŽͨƐƚĂƚƵƋƵŽͩ ŐƵĞĚĂWĂƌƌĂWĠƌĞnj ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞKƉŝŶŝſŶ ϯϯͬϮϬϭϳ ϭϱ


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