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REVISTA IEEE 11

http://revista.ieee.es 44 Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) Núm. 11 / 2018 y el mundo urbano, que representaba el espacio cosmopolita y multicultural de ese mismo país. Se estima que solo en territorio bosnio fueron destruidos en torno a 180 pueblos y 560 mezquitas durante esta guerra13. A pesar de la reciente popularización del concepto de «urbicidio», lo cierto es que este tipo de acciones destructivas sobre las ciudades no son nuevas. Mazzucchelli14 enumera una serie de ejemplos de ciudades saqueadas y destruidas a lo largo tanto de la historia antigua (Cartago en el siglo I a.C., Jerusalén en el siglo I d.C. y Milán en el siglo XII d.C.) como de la más reciente (Guernica, Dresde, Londres, Varsovia e Hiroshima en el siglo XX). Los conflictos bélicos de los últimos años en Irak (2003-2011) y Siria (2011-hoy) han mostrado esta misma lógica del «urbicidio». De hecho, los ataques contra las ciuda-des y las zonas más densamente pobladas se han generalizado a partir de la II Guerra Mundial debido a las nuevas estrategias militares puestas en práctica basadas en el pro-gresivo perfeccionamiento de la tecnología de ataque aéreo y en el uso de armas cada vez más destructivas. Todo ello ha situado a la ciudad como el objetivo principal de los ataques y ello, a pesar de los intentos teóricos como la Convención de Ginebra (1977), por frenar la destrucción masiva del patrimonio urbano y la muerte de población civil. Además de los conflictos propiamente bélicos, la mayor parte de las acciones te-rroristas recientes en Occidente muestran unas pautas de comportamiento similar, aunque considerando un contexto de enfrentamiento asimétrico en el que un «lobo solitario» o un grupo minoritario intenta expandir el terror a gran escala y alcanzar un fuerte impacto mediático. Sirvan así de ejemplo los atentados yihadistas de Nueva York (2001), Madrid (2004), Londres (2005) o Bruselas (2016), los cuales tuvieron lugar en distintos escenarios urbanos. El ataque contra los valores identitarios encarnados por la ciudad adquiere su máxi-ma expresión cuando el objetivo de los ataques es la desmemorización del paisaje urba-no y la aniquilación de su pasado («memoricidio»). Álvarez15, asesorada por un grupo de expertos, analizó cuáles eran las estrategias y objetivos militares de destrucción de las cinco ciudades más damnificadas desde finales del siglo XX. La ciudad de Sarajevo (Bosnia-Herzegovina), considerada como el ejemplo más paradigmático de «urbicidio» y «memoricidio» vivido durante la guerra de los Balcanes (1991-2001), fue una de ellas. Entre otros edificios simbólicos fueron destruidos el Museo Nacional, el Ayuntamiento, las mezquitas de Ferhadija y Ali Pasha, la Torre del Reloj y el mercado de Brusa. Sin em-bargo, es el ataque serbio a la Biblioteca Nacional (1992), en el que se perdieron más de 1,5 millones de volúmenes, el ataque a la memoria colectiva más importante en Europa desde el fin de la II Guerra Mundial. Por su parte, el continuo asedio a la ciudad de 13  Ibid. 14  Ibid. 15  ÁLVAREZ, Cristina: «Las 5 ciudades con más urbicidio», Esglobal, 9 de abril de 2012, https:// www.esglobal.org/las-5-ciudades-con-mas-urbicidio (fecha de acceso: 15 de marzo de 2017).


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