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internacional Durante decenios —en la foto, un desfile del día de la nación en 2016— el régimen norcoreano ha mantenido una parafernalia en la que ha organizado multitudinarios actos para manifestar apoyo popular a su líder supremo y benefactor. no quiere quedarse a un lado. Xi Jinping no ha jugado aún su última baza. Además, el proceso en curso prefigura una nueva relación de Pyongyang con el conjunto de naciones. A Corea del Norte se le abrirían puertas insospechadas para la cooperación y el desarrollo, y su entrada triunfal en el concierto de naciones sería sinceramente aplaudida. Pero, desde las filas de los neoconservadores, tanto norteamericanos como europeos, las voces son de extremar la cautela. No faltan quienes siguen pregonando que la verdadera solución segura a medio y largo plazo consiste en la desaparición del régimen norcoreano, por lo que ven el proceso de negociaciones actual como puro teatro. «La única posibilidad de que se llegue a una reunificación estable, es que cambien radicalmente las condiciones políticas y económicas», dicen desde las filas neocons estadounidenses, lo que conlleva necesariamente un cambio de sistema. Y añaden: «La peligrosidad de Corea del Norte no se deriva del hecho de que posea armas nucleares, sino de la naturaleza de su régimen; mientras este no cambie, el peligro persistirá». Como telón de fondo del proceso en curso, podemos preguntarnos si realmente Pyongyang supone un peligro militar para sus vecinos, Corea del Sur o Japón. La respuesta es claramente no. Las Fuerzas Armadas de Pyongyang, tienen su bastión principal en el Ejército de Tierra con un millón de soldados; 110.000 hombres en el Ejército del Aire; y 45.000 en la Marina de guerra. No disponen de material fabricado en el país; pero en cambio sí tienen misiles tierra/ aire importados de China y Rusia; aviones cazas de guerra suministrados por Rusia (algunos son ya vetustos y datan de la Guerra de Corea en los años 50, como los Mig 15, 17 y 19 y que solo pueden ser utilizados en eventuales ataques a su vecino de Corea del Sur. De la generación de los años 60 y 70, Pyongyang KCNA/EFE tiene 150 Mig 21, o su versión china J7. También dispone de medio centenar de Mig 23 de los años 80, de fabricación rusa, en sus dos versiones cazas y cazabombarderos. Su aviación de guerra más moderna son la veintena de Mig 29 también rusos, potentes y capaces de enfrentarse a la USAF; pero su defensa antiaérea es bastante limitada. En cuanto al armamento nuclear, solo se tiene certeza de que dispone del mismo y que ha desarrollado con éxito un programa de misiles de medio y largo alcance, pero no se sabe ni su calidad, ni su cantidad. Entre los movimientos en el tablero regional que está generando la nueva actitud de Corea del Norte, hay que señalar la reactivación de los contactos militares de China con Japón. El 15 de abril, el general Ci Guowei, número dos de la Oficina de Cooperación Internacional de la todopoderosa Comisión Militar Central china, realizó una visita a Tokyo. Si los actores principales del escenario geopolítico en el extremo oriente asiático son, China, Rusia, Japón y los Estados Unidos, la pericia de los norcoreanos, y de su líder Kim Jong Un (a quien pocos daban crédito), ha permitido a Pyongyang entrar en el juego de los grandes.  Pedro Canales Corea del Norte ha prometido que cerrará sus instalaciones nucleares y habrá inspecciones 56 Revista Española de Defensa Junio 2018


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