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Revista Historia Militar Extra 1 2018

96 ISABEL BECEIRO PITA dera el favorito de la gracia divina. En torno al monarca se concentran los milagros, vinculados a su madre y a él mismo. De María de Monpellier el cronista afirma que, por sus méritos, Dios hizo muchos milagros, antes y después de su muerte, aunque no concreta cuales fueron. Con respecto a él, se mencionan dos hechos milagrosos, que denotan la protección sobrenatural. El primero es la curación milagrosa durante los primeros años de su vida. El breve pasaje coincide, en líneas esenciales, con lo expuesto en la cantiga 221, pero añade la presencia de Santa María en el lecho del futuro soberano45. El segundo es la intervención de san Jorge en Mallorca y Valencia, en atención a los méritos regios46. Los testimonios de santidad que se elevan en el siglo XIV sobre el Cid, Fernando III y el Conquistador llevan a pensar que reflejan un cambio en la concepción del poder, ocurrido durante esa época. En un momento en el que la expansión peninsular se ha terminado en el mundo mediterráneo y ha sufrido una detención en el reino castellano, se difumina la imagen del soberano y del héroe, fundamentada en la lucha contra el Islam y el avance de la fe cristiana. Por tanto, pasa a primer plano la memoria de los antepasados ilustres que, además de poseer los mencionados requisitos, se encuentran muy próximos a la divinidad. Se abre, entonces, otra vía de legitimación adicional: la descendencia de estas grandes figuras. A los sucesores no se les exige una canonización no oficial, como a ellos, pero sí ser dignos de su legado y convertirse en ejemplos de religiosidad. En el caso de la Corona de Aragón, la dinastía de los Condes de Barcelona buscó durante toda la centuria y, sobre todo, en su segunda mitad, la vinculación a un ancestro santo. A falta de respaldo papal para el Conquistador, no abandonaron la promoción de éste, pero tuvieron que refugiarse en una beata stirps, aunque emparentada con ellos por vía de afinidad. Estaba formada por dos santos asociados al franciscanismo y canonizados cuatro y veinte años después de su fallecimiento: Isabel de Hungría, hermana de Violante, esposa de Jaime I el Conquistador, y Luis de Anjou o Tolosa, que lo fue de Blanca, mujer de Jaime II47. 45  «Et endevínose que una vegada quel estando enfermo en Montpesler de grant malautía, la Virgen gloriossa Madre de Dios li apareció con grant goyo et díxole que se levantas del leyto sin todo mal que non sintió ren …». Carmen Oracástegui, Crónica de San Juan de la Peña…, Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 1985, p. 92. 46  Raquel Homet, “Discurso historiográfico y realeza en la «Crónica general»”, generalmente llamada “Crónica de San Juan de la Peña”, en Temas medievales, 8, Buenos Aires, CONICET (1998), pp. 184-187. 47  Nikolas Jaspert, “El perfil trascendental de los reyes aragoneses, siglos XIII al XV: Santidad, franciscanismo y profecías”, en José Ángel Sesma Muñoz (ed.), La Corona de Aragón en el centro de su Historia (1208-1458: La monarquía aragonesa y los reinos de la Corona, Gobierno de Aragón, Zaragoza, 2009, colección Garba, 4, pp. 183-218, y Francesca Español, “La Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2018, pp. 96-102. ISSN: 0482-5748


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