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P e r s p e c t i v a El isfas en su 40º aniversario unto con el 40º aniversario de la aprobación de la Carta Magna, en este 2018 tenemos que celebrar, en el ámbito de las FAS, otro importante acontecimiento: en octubre de 1978 echó a andar el Instituto Social de las Fuerzas Armadas. Desde entonces, y a lo largo de todos estos J años, un buen número de personas han desarrollado una labor callada y continua para dar tranquilidad a los miembros de nuestros Ejércitos, de la Guardia Civil y sus familiares. Los comienzos no fueron fáciles, pero el decidido apoyo del teniente general Gutiérrez Mellado y la excelente colaboración de los Ejércitos —incluso adelantando financiación en su puesta en marcha— permitieron desarrollar una estructura que cubriera, desde el primer día, las necesidades últimas de nuestros afiliados. José Ramón Plaza Salazar Secretario general gerente Porque no debemos olvidar que en realidad la actividad del ISFAS es una actividad sorda y discreta que en última instancia lo que ofrece es, a los afiliados, la tranquilidad de saber que en el caso de que ocurra algo imprevisto, se le prestará la adecuada atención. En ese sentido, el ISFAS tiene mucha similitud con Santa Bárbara (patrona de los artilleros) y la ausencia de memoria alrededor de su figura… Pero cuando nos acordamos, ahí está. Es en esos momentos, cuando aparecen en nuestras vidas las 650 personas que, a lo largo de toda la geografía española, prestamos servicio para atender, de la mejor manera posible, las necesidades de nuestros compañeros. Y con una característica que lo hace muy especial, y es que en esas circunstancias a quien se atiende es a la persona, independientemente de empleo, Ejército, destino o condición: son afiliados o beneficiarios del ISFAS. Reforzando, de esta manera, el carácter Social que incorpora en su nombre. Muchas cosas han cambiado desde entonces para llegar a donde estamos, con un Instituto solvente, eficaz y bien valorado por sus afiliados. Y lo puedo decir ya que llevo únicamente siete meses en el cargo de secretario general gerente, por lo que todo el mérito de la situación actual se debe a la gente que trabaja en el Instituto todos los días, y a mis antecesores (destacando que las tres últimas han sido mujeres). Algo debe de tener especial el ISFAS para que en su plantilla actual haya 38 personas que han permanecido con nosotros desde el inicio de su actividad. Cuarenta años prestando servicios en el mismo organismo no es algo que se produzca con frecuencia en los tiempos actuales. Y conociendo al personal de nuestras delegaciones territoriales advertí una característica común que sospecho pueda ser la causa de esa fidelidad a la organización: la tremenda empatía y vocación de servicio de esas personas al atender a los afiliados. Si bien todos conocemos la discreta satisfacción militar de los actos propios, en la labor del Instituto cobra un especial significado la expresión de la profunda satisfacción por el deber cumplido, por ver los resultados de la atención prestada. En este sentido, he de reconocer como muy gratificantes las diversas cartas que se reciben con frecuencia por parte de afiliados que sencillamente nos muestran su reconocimiento y gratitud por el interés y calidad de la atención prestada en ciertos procesos penosos o incluso con un desenlace no deseado. Si bien la Institución siempre estará por encima de las personas que la integran, no hay que olvidar que la Institución la integran personas. Es el carácter de esas personas el que se proyecta sobre la actuación del día a día. Y por ello, de nuevo, debo de reconocer el impagable servicio que ha llevado a cabo todo el personal del ISFAS a lo largo de estos 40 años. Pero el hecho de reconocer el buen hacer del ISFAS y su actual situación no implica que tengamos que ser conformistas. Continuamente debemos de preguntarnos qué podemos mejorar, cómo evolucionar y prestar mejor nuestro servicio adaptándonos al entorno. En definitiva, qué retos tenemos delante y cómo afrontarlos. En ese sentido, el principal reto que tenemos que afrontar en la actualidad es el proceso de digitalización de la sociedad en la que nos encontramos y que nos afecta desde muy diferentes puntos de vista. 22 Revista Española de Defensa Noviembre 2018


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