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180 Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos Núm. 12 / 2018 Brezhnev las relaciones bilaterales se enturbiaron a raíz de la invasión de Afganistán y las pretensiones del presidente Reagan por implantar la Iniciativa de Defensa Estraté-gica (Strategic Defense Initiative, SDI), las dos superpotencias llevaron a cabo de mane-ra regular consultas y diálogos en materia de seguridad espacial. Ejemplo de ello, fue la moratoria presentada por la Unión Soviética absteniéndose de volver a realizar ensayos antisatélite (ASAT) a mediados de la década de 1980.4 Pocos años después, el fin de la Guerra Fría dio la posibilidad a Estados Unidos de erigirse como la única potencia espacial, pero en vez de actuar de manera unilateral, instó a Rusia a la cooperación y resultado de aquello fue la membresía conjunta en la Estación Espacial Internacional (International Space Station, ISS). Finalizada la Guerra Fría, la segunda era espacial (1991-presente) ha mostrado que la secular interdependencia ruso-estadounidense ha permanecido intacta y que, de hecho, es tan aguda que incluso en febrero de 2015, en el momento de mayor tensión entre Rusia y Occidente desde la Guerra Fría a causa de la crisis ucraniana, y con la ad-ministración Obama debatiendo sobre si enviar armas al gobierno de Kiev5, la agencia TASS informaba de que la agencia espacial rusa, Roscosmos, había decidido ampliar la participación de Rusia en la ISS de 2020 hasta 2024.6 Además, no hay que olvidar que desde la retirada del programa Transbordador en 2011, Rusia tiene la misión de transportar a los astronautas norteamericanos a través de las cápsulas Soyuz a la ISS. Si bien en un principio las dos superpotencias cuasi monopolizaron las actividades espaciales durante las tres primeras décadas de la era espacial, la posguerra fría y, es-pecialmente, la entrada del siglo XXI han dado testimonio del radical viraje que han experimentado las dinámicas espaciales en comparación a las habidas durante la era bipolar. Entre tales cambios se encuentran: 1) el nuevo panorama geopolítico en el que nuevas potencias emergentes están modernizando sus programas espaciales, incluidos los militares y las tecnologías de doble uso; 2) el progresivo aumento de países con ca-pacidades y agencias espaciales; 3) la entrada de nuevos actores privados, dispuestos a participar en el desarrollo de aplicaciones y misiones espaciales; y como consecuencia de ellos: 4) el crecimiento de objetos lanzados al espacio, el correlativo incremento de los desechos espaciales y su consecuente impacto sobre la sostenibilidad espacial. La preocupación por la sostenibilidad espacial no es una cuestión novedosa, sino que por el contrario, ha tenido gran relevancia a lo largo de la historia espacial. Así lo 4  Grego, L. A history of anti-satellite programs, Cambridge, Massachusetts: Union of Concerned Scientists, 2012, p. 5. 5  Ryan, M. «Top U.S. general says it is time to consider arming ukrainian forces». The Washington Post, 3 de marzo de 2015. Disponible en: http://www.washingtonpost.com/world/national-security/ top-us-general-says-it-is-time-to-consider-arming-ukrainian-forces/2015/03/03/aa68dade-c1d6-11e4- ad5c-3b8ce89f1b89_story.html. Consultado el 15-9-2018. 6  TASS. «Научно-технический совет Роскосмоса одобрил использование МКС до 2024 года» (Nauchno-tekhnicheskij sovet Rorkosmosa odobril ispolzovanie MKS do 2024 goda). TASS, Moscú, 24 de febrero de 2015. Disponible en: http://tass.ru/kosmos/1789050. Consultado el 15-9-2018. Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos n.º 12 - Año: 2018 - Págs.: 177 a 214


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