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67 Enrique Arias Gil El futuro del terrorismo nuclear en la táctica de los actores... construir un RDD utilizando combustible nuclear agotado»62 y hacerlo detonar en la propia instalación. Siguiendo este escenario descrito por Corrales, existiría también la posibilidad, mencionada anteriormente, de que los terroristas hicieran uso de un mor-tero para lanzar una carga radiactiva con la intencionalidad de paralizar la central63, táctica menos compleja para un actor individual. En cualquier caso, para realizar un ataque terrestre de tipo de comando se necesitaría disponer de «información detallada sobre la disposición de los edificios, distribución interior de los mismos, sistemas de seguridad, personal», etc, por lo que los terroristas requerirían de la presencia de un infiltrado o insider entre los trabajadores64, tal y como ocurrió en el asalto a la central nuclear de Pelindaba, Sudáfrica (2007), en la que dos equipos armados lograron entrar en esta gracias a la ayuda de un insider. Breivik habla de cuatro estrategias para atacar una central nuclear por la vía terres-tre: Estrategia 1 (sin insiders): a través de una célula de al menos tres terroristas que se hagan pasar por representantes de las autoridades o bomberos, haciendo explotar un camión bomba. Estrategia 2 (sin insiders): a través de una célula de al menos tres terroristas que obliguen a los trabajadores de la planta a desactivar los sistemas de la central nuclear, detonando posteriormente explosivos para liberar la radiación. Estrategia 3 (1 insider + 2 outsiders): las dos estrategias descritas anteriormente, pero con la ayuda de un insider, para ayudar a acceder a los demás terroristas a la central nuclear. Estrategia 4 (2 insiders + 1 outsider): según Breivik, bastaría con dos trabajadores in-ternos de una central nuclear para sabotear el sistema de protección del reactor (RPS), los generadores diésel de emergencia y los tubos refrigerantes; mientras que el outsider se encargaría de colocar los explosivos cerca del edificio de contención para provocar fugas de material radiactivo65. Si bien es cierto que es muy difícil que las estrategias descritas por Breivik lleguen a materializarse (ya que la seguridad en las centrales nucleares ha mejorado sustancial-mente los últimos años), se debe recordar el suceso que Greenpeace protagonizaría el 15 de febrero de 2011: cuando una veintena de sus activistas lograron acceder por la fuerza a la central nuclear de Cofrentes (Valencia) para exigir al Consejo de Seguridad Nu-clear y al Gobierno que no renovaran el permiso de explotación de la central. En 2002, ya ocurriría un suceso similar en la central nuclear de Zorita (Cáceres), llegando los activistas a subirse a la cúpula. En el suceso de Cofrentes, los activistas lograron sortear 62  Véase Corrales, op. cit., p. 177. 63  Véase Mac Donald, op. cit., p. 177. 64  Véase Corrales, op. cit., p. 31. 65  Véase Breivik, op. cit., pp. 1028-1029. Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos n.º 12 - Año: 2018 - Págs.: 49 a 76


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