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Tecnologías emergentes Fig. 2. Descripción conceptual del sistema para el proyecto Artemisa. (Fuente: INTA). logía no está exenta de dificultades, que incluyen el elevado número po-tencial de emisiones en las bandas del espectro electromagnético de interés, así como la necesidad de tratar con las dificultades añadidas por la configuración del canal (por ejemplo, multitrayecto). • Sistemas de audio: Los drones pro-ducen sonidos característicos gene-rados por sus sistemas de propulsión que se pueden analizar, permitiendo tanto su detección como clasifica-ción. Este tipo de sistemas permite también el seguimiento de los drones empleando técnicas más avanzadas basadas en algoritmos de procesado y conformación de haz. Su alcance es más limitado que el obtenido me-diante otras tecnologías. En los sistemas anti-drones más avan-zados, se suelen combinar varias tec-nologías de vigilancia de las que se han mencionado. Por otra parte, las técnicas de neutralización de drones se basan en dos conceptos elementales: cuál es el objetivo del ataque y el medio físico que implementa dichos ataques. Los ataques basados en perturbaciones, típicamente de carácter electromagnético, tienen como objetivo bien el enlace o bien el sis-tema de control de vuelo. Por otra parte, los ataques “cinéticos” o de alta energía, en general, pretenden dañar la integridad física del dron, llegando incluso a des-truirlo, o reducirlo, por ejemplo, mediante su captura con una red. Por último, es posible orientar el ataque al operador, cuando el dron está controlado de algu-na forma. Las tecnologías desarrolladas para llevar a cabo cada uno de los ata-ques incluyen (véase también la figura 1): • Láseres de alta calidad y energía, que se postulan como la mejor so-lución en términos de prestaciones. Estados Unidos, a través de contra-tistas como Boeing o Raytheon, y China ya han desarrollado de forma exitosa demostradores e incluso sis-temas operacionales para la protec-ción de infraestructuras críticas (por ejemplo, orientados a protección de aeropuertos). Sus mayores incon-venientes son su elevado coste y el alcance limitado, especialmente operando bajo condiciones meteo-rológicas o atmosféricas adversas. • Armas convencionales o espe-cialmente diseñadas para abatir o capturar a los drones. Estas armas típicamente carecen de la precisión de los sistemas láser y pueden pre-sentar problemas en relación con su alcance efectivo. • Sistemas de inhibición electro-magnética y negación de señales de navegación, que actualmente son la solución más popular dada su faci-lidad de uso y despliegue, así como coste y eficacia contra sistemas con-vencionales pilotados remotamente. No obstante, existen vulnerabilidades importantes que pueden explotarse produciendo un riesgo potencial muy elevado, por lo que es conveniente combinar esta tecnología con otras. • Drones interceptadores, con las ca-racterísticas adecuadas para actuar de forma eficaz contra las amenazas provocadas por otros drones e in-tentando minimizar el coste. Los sis-temas basados en drones han sido postulados como una solución más prometedora incluso que los siste-mas de armas láser para defensa a largo alcance. Una descripción de los sistemas co-merciales existentes queda fuera del objeto de este artículo. Baste decir que los mejores sistemas combinan varias opciones en lo que se refiere al sistema de vigilancia, como se ha mencionado anteriormente, mientras que la mayor parte implementan el sistema de neu-tralización mediante inhibidores de RF, por ser la tecnología más madura. Algunos ejemplos que, no obstante, conviene citar son los sistemas del Ejér-cito de Estados Unidos basados en la tecnología EAPS (Enhanced Area Pro-tection and Survivability) y el sistema de armas láser compacto de Boeing CLWS (Compact Laser Weapons System), así como la iniciativa llevada a cabo por el laboratorio francés aeroespacial de Onera (similar a otras planteadas en Alemania y Estados Unidos) 6-8. El primero de los sistemas emplea una combinación de armas convencionales para destruir el dron, habiendo proba-do su efectividad a más de 1,5km. El segundo sistema implementa una es-trategia de neutralización de drones empleando un láser de 10kW y usando tecnologías electro-ópticas para realizar el seguimiento. Por último, la estrategia de Onera se basa en desarrollar un sis-tema defensivo empleando drones in-terceptadores, lo que se conoce como drones anti-drones, que pueden utilizar diferentes estrategias de neutralización (inhibición, redes de captura, etc.). Fig. 3. Diseño preliminar del designador y sistema de seguimiento (izquierda), y componente del sistema (derecha). (Fuente: INTA). 8 Boletín de Observación Tecnológica en Defensa n.º 59. Cuarto trimestre 2018


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