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Aerotransportable y Paracaidista y una de máquinas. La primera unidad organizó equipos móviles para atender a los enfermos de las áreas más remotas y donó material a un centro médico, en tanto que la segunda construyó cinco edificios para escuelas y un centro médico, levantó siete refugios temporales y colaboró en la reparación de una carretera. MISIONES DE LA UME En el último decenio, las intervenciones en catástrofes han estado a cargo de la Unidad Militar de Emergencias (UME). La primera se debió al fuerte terremoto que el 12 de enero de 2010 zarandeó Puerto Príncipe, la capital haitiana, y causó 200.000 muertos y unos tres millones de damnificados. La UME aportó un equipo de 37 militares; además, se envió al buque anfibio Castilla, medicalizado, y fueron utilizados con frecuencia aviones del Ejército del Aire en el traslado de personal y material de ayuda humanitaria y en la repatriación de los restos mortales de españoles perecidos en el desastre. El trabajo de la UME en Haití permitió rescatar a más de 30 cuerpos entre los escombros, pero también puso de manifiesto la necesidad de especializar a sus equipos con el material y los procedimientos precisos para su rápida integración con equipos internacionales. Por eso, en noviembre de 2011, tras una intensa preparación conforme a las guías del Grupo Asesor Internacional de Operaciones de Búsqueda y Rescate, la UME obtuvo el certificado de la ONU como equipo de búsqueda y rescate urbano (USAR), convirtiéndose así en el primer equipo militar del mundo certificado para ello y, junto al ERICAM de la Comunidad de Madrid, en uno de los dos únicos de habla hispana. Gracias a ello, equipos USAR de la UME se desplegaron en Nepal tras el seísmo del 25 de abril de 2015; en Ecuador, en respuesta al terremoto del 16 de abril de 2016; y en México, a raíz del temblor del 19 de septiembre de 2017. Asimismo, en los últimos años la Unidad Militar de Emergencias ha colaborado en la lucha contra diversos incendios forestales ocurridos en Chile, Grecia y Portugal. Santiago F. del Vado Pepe Díaz Dos C-130 Hércules colaboraron en la evacuación de ciudadanos y militares belgas destacados en Ruanda, cuando en 1994 estalló la guerra civil. Alas humanitarias ESPAÑA envió el pasado mes de marzo un avión A400M a Mozambique, con ayuda humanitaria para las poblaciones afectadas por el paso del tifón Idai, que causó el desbordamiento de ríos y dividió la antigua colonia lusa en dos territorios separados por un océano interior. Esta ha sido la última de las numerosas misiones que han realizado las unidades de transporte del Ejército del Aire para llevar tanto la ayuda humanitaria, cuando se trata de medios materiales, como la asistencia, cuando actúa personal especializado en áreas críticas (sanidad, servicios de emergencia…). En estas acciones han volado a cuatro de los cinco continentes, llevando el auxilio a naciones atribuladas por la guerra, las catástrofes, la sequía o el hambre. El peso principal de esta contribución ha recaído en las Alas 31 de Zaragoza y 35 de Getafe y en el 45 Grupo de Fuerzas Aéreas, con sus aviones C-130 Hércules, C-295, CN-235, Boeing 707 y A400M. La primera operación de entidad se desarrolló en marzo de 1960 en las labores de auxilio tras el maremoto de Agadir (Marruecos). También en África, se trasladaron alimentos y medicinas a Malí y Níger para paliar los efectos de la hambruna (1975); antibióticos y diverso material a Camerún, por la tragedia en torno al lago Nyos, formado sobre el cráter de un antiguo volcán (1986); ayuda a las misioneras agustinas españolas, que proyectaban la creación de un hospital en la selva tanzana (1989); fueron evacuados residentes en las guerras civiles de Liberia (1990) y Ruanda (1994); se prestó apoyo al Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas en Etiopía (1991); se trasladaron equipos médicos y de detección de supervivientes al temblor de Argelia (2003)... En el continente americano, nuestros aviones evacuaron residentes en Nicaragua para escapar del conflicto civil (1979); en 1985 se envió ayuda humanitaria para socorrer a las poblaciones afectadas por los terremotos de Chile y México y la erupción del volcán Nevado del Ruiz en Colombia; en 1998 se socorrió a los damnificados del huracán George en República Dominicana; en 2001, a las víctimas del terremoto en El Salvador… Se transportaron toneladas de mantas y medicamentos tras el terremoto que en 1980 sacudió el sur de Italia, que causó más de 5.000 muertos y destruyó pueblos enteros. En los años 90 se transportó ayuda humanitaria a la ciudad de Sarajevo —cercada en la guerra de Bosnia-Herzegovina—, a los refugiados albaneses, a Kosovo… Un C-130 Hércules, que llevaba ayuda humanitaria para el pueblo palestino, fue en 1998 una de las primeras aeronaves que tomó tierra en el recién estrenado aeropuerto de Gaza. Los aviones españoles estuvieron, asimismo, en las zonas castigadas por los terremotos de 1990 y 2003 en Irán, y apoyaron a los refugiados afganos en 2001. En este último año, el Ejército del Aire promovió y organizó campamentos con niños procedentes de las ciudades iraquíes, que previamente habían sido traídos a España a bordo de aviones Boeing 707. Abril 2019 Revista Española de Defensa 21


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