cultura AMBROSIO DE SPINOLA Un genovés al servicio de España Este 2019 se cumplen 450 años del nacimiento del banquero que quiso ser soldado y se convirtió en un brillante capitán general de la Monarquía Hispánica DURANTE este 2019, el Instituto de Historia y Cultura Militar (www.ejercito. mde.es) está impulsando varias actividades dedicadas a Ambrosio de Spínola, capitán general de los Ejércitos y la Armada españoles, y leal servidor de la Corona, con motivo del 450º aniversario de su nacimiento. Así, para noviembre, el instituto ha programado unas conferencias y la presentación de un libro en su sede (Madrid), que, por ahora, cierran este homenaje iniciado en febrero. Entonces, el Museo Histórico Militar de Sevilla organizó unas jornadas sobre su figura y época: los reinados de Felipe II, Felipe III y Felipe IV. Después, en abril, el palacio de Polentinos, sede del Archivo General Militar de Ávila y del Museo de Intendencia, recordó al general con un desfile, una recreación histórica y otras actividades. EL MILITAR Y SU ÉPOCA Por su parte, el Centro de Historia y Cultura Militar del Canarias —fuerte Almeyda, Santa Cruz de Tenerife— programó sendas ponencias el 28 de marzo y el 4 de abril a cargo del entonces director, el general Fernando González Arteaga. A partir de ellas, las líneas que siguen esbozan el tiempo y la figura del genovés. En la primera charla, España y Europa en la época de Ambrosio Spínola, Arteaga repasó los principales actores del momento (los estados y ciudades estado), las batallas más relevantes, la evolución de los ejércitos y los antecedentes del contexto bélico del Flandes que conoció, escenario principal de su carrera militar. Trazó así los rasgos básicos de los Estados Pontificios, el Imperio Otomano, Francia, Inglaterra, Portugal y la Monarquía Hispánica de Carlos I de España y V (emperador) de Alemania, receptor de un legado único en Europa y América. El Flandes de Spínola será fruto de esa herencia, ya en manos de sus sucesores. París rivalizará con Madrid por liderar la hegemonía continental, pero de las desavenencias con Carlos I no se librará ni la Santa Sede. LA BATALLA DE LEPANTO Salvo la corona imperial, que heredó su tío Fernando, Felipe II —primer rey español relacionado con Spínola— sumó al legado paterno, las posesiones americanas y de más allá del mar del Sur. Esos dominios implicaban un poder sin par, pero también obligaciones, aliados, enemigos... de análogas proporciones. Fruto de ello llegó la batalla de Lepanto, «la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los Museo del Ejército venideros», según Cervantes. El singular combate reunió, a petición del Papado, una armada cristiana liderada por Juan de Austria, hermanastro de Felipe II. Sobre el gobierno del rey prudente, Arteaga subrayó que se apoyaba en más de una decena de consejos: de Estado, Indias, Aragón... y Flandes; y respecto a la evolución de los ejércitos, destacó la irrupción —respaldada por sus éxitos— de los futuros «Tercios Reales», nombre Octubre 2019 Revista Española de Defensa 63
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