cultura Fotografía (1955) del Museo del Ejército que plasma la Toma de la plaza de Breda, de P. Sanyers, cuyo original conserva El Prado. se inició en la milicia. Era el año 1601 y ya no la abandonaría hasta su muerte. El 3 de noviembre, Felipe III firmó su nombramiento como maestre de campo, soldado «independiente», al igual que su hermano. En 1602, llegó por primera vez a Bruselas a través de la ruta de Saboya del Camino español y, a partir de ahí, su capacidad, voluntad y liderazgo le convirtieron en uno de los nombres propios de los tercios, ya dentro del organigrama de los ejércitos hispanos. ESTRATEGA Y LÍDER Rindió decenas y decenas de plazas flamencas, en tierras alemanas, en el Palatinado... Lideró misiones de audaces, fue capitán general de los ejércitos y galeras de Flandes, de la región palatina, así como gobernador de Milán y jefe de los ejércitos italianos. Ejerció tareas de Estado y diplomáticas, y tuvo la confianza de la Corona, de la que fue su banquero. Biblioteca Virtual de la Defensa nar un ejército, granjearse el respeto de sus hombres y capacidad de liderazgo. Se ganó el favor del archiduque y la confianza del rey que, ese mayo, le nombró «general de los ejércitos que se juntaren en Flandes» y superintendente general de la Hacienda además de concederle el ducado de Santa Severina y el Toisón de Oro. A estos, sumaría otros honores, como ser duque de Sesto y el primer marqués de los Balbases. EL GENERAL DE «LAS LANZAS» Su victoria «eterna» llegó, sin embargo, a las dos décadas, en Breda (1624- 1625), inmortalizada por Velázquez. El general español que recibe la llave de la ciudad es Ambrosio de Spínola. Aún tendría tiempo de volver a Italia. Tras el sitio de Casale, murió el 26 de septiembre de 1630 en Castelnuovo di Scrivia. Esther P. Martínez Con información de Fernando Glez. Arteaga El primer gran éxito militar de Spínola fue rendir Ostende el 20 de septiembre de 1604. La plaza, que resistía desde 1601, capituló en menos de un año frente al genovés, incluso teniendo que apoyar una acción ajena al sitio. El rigor invernal no frenó su plan, con diques y otras obras para minar la defensa enemiga. Demostró conocer y saber aplicar el arte de la guerra, gober Rindió numerosas plazas, ideó operaciones audaces y se ganó el respeto de sus hombres y de su rey 66 Revista Española de Defensa Octubre 2019
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