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Capitán Mariano Bayo. Compañía 04. Septiembre de 1988. Archivo AGM Complemento del Ejército de Tierra (IMECET). Él no recuerda una preocupación especial ante la llegada de la mujer a la AGM, pero todos tenían muy claro “que no debía de salir perjudicado el cadete por el hecho de beneficiar o tener más consideración con las damas que pudieran ingresar”. Y sobre el rechazo a la mujer, comenta que pudo haber algo por parte de compañeros que se solucionó con el tiempo. Problemas logísticos con las alumnas Las dudas e inconvenientes fueron muchos, pero se fueron solucionando sobre la marcha, por ejemplo, al alumno de la AGM se le denominaba Caballero Cadete, pero ¿y a la mujer? El problema lo solucionó la esposa del Cap. Bayo, que apuntó la posibilidad de llamarlas Dama Cadete. Por su parte, el coronel Herrera refiere que el principal escollo que se planteó era logístico, como el alojamiento o el vestuario. Finalmente, se decidió alojar a las seis primeras mujeres en el “Edificio Galvis”, que ocupaban los alféreces de 5º curso de armas, donde se reservó un pasillo con sus camaretas y servicios higiénicos, pero como las ventanas de las camaretas no tenían cortinas y estaban próximas, se puso cortinas en todas las ventanas para evitar miradas indiscretas. En lo relativo a la uniformidad, el Gral. Bayo refiere que le designaron a él y al responsable del Servicio de Vestuario para solventar todos los problemas, como elegir la ropa interior, para lo cual se tuvo en cuenta la indumentaria usada por las deportistas, eligiendo prendas de algodón blanco, sin adornos, y un sujetador cruzado por detrás, que se adquirió en unos grandes almacenes. Y el resto fueron prendas de los cadetes, lo que creó bastantes problemas, pues en el equipo de gimnasia el pantalón corto de hombre no le iba bien a la mujer y en cuanto a las camisas, cuando le iba bien el cuello, el cuerpo le quedaba estrecho y a la alumna de Cuerpos Comunes le suministraron unas camisas blancas de la Marina, pero transparentaba la ropa interior. El resto de uniformes hubo que confeccionarlos expresamente y para los zapatos de tacón se les suministró seis pares de medias, pero en la primera semana habían estropeado todas, así que las damas solicitaron que les permitieran ir en pantalón, pero el reglamento decía que debían de usar la falda, de forma que les compraron más medias, pero como las quejas continuaron, el general director, Javier Calderón Fernández, autorizó el uso del pantalón y el zapato plano, pero entonces surgirían protestas en el sentido Diciembre - 2019 Armas y Cuerpos Nº 142 33


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