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Memorial de Infantería 72

ASPECTOS INSTITUCIONALES 21 conocimientos específicos (morteros, defensa contra ca-rro, transmisiones) como de técnicas de apoyo a la ins-trucción y adiestramiento y de procedimientos técnicos de las planas mayores de las unidades del Arma. Asimismo, una parte importante de los Brigadas deberán especializarse en procedimientos interarmas especial-mente en el amplio campo de la gestión de personal, de material, de la infraestructura y la administración econó-mica, donde se iniciaran como gestores en los cuarteles generales de los mandos intermedios. Posteriormente, en el empleo de Subteniente será fun-damentalmente el amplio campo de la gestión de nues-tro Ejército el que más efectivos requerirá, pero los más capacitados en el ámbito del Arma serán requeridos en esta para encabezar todo el ámbito de actuación de los suboficiales en cada Unidad, que tienen su culmen en el Suboficial Mayor. Esto significa que en ambas escalas el contacto con el Arma, con nuestra Infantería, disminuye enormemente y que solo durante cortos periodos, en el caso de los oficiales, o solo una parte de ellos, para los suboficiales, se seguirá ejerciendo como Infante. Pero ser Infante, como hemos visto, y ya reseñó hace dos años en esta misma cátedra el Teniente General D. César Muro Benayas, es una forma de ser militar, que no se deja nunca, pues como Infantes os seguiréis conduciendo a la hora de enfrentarse al cumplimiento de vuestras obliga-ciones, con valor, disciplina, lealtad, espíritu de sacrifi-cio… y tantas otras virtudes que atesoráis toda vuestra vida, pero sobre todo con ese particular estilo del infan-te que le da el convencimiento que sin el concurso de los subordinados es imposible el cumplimiento de la misión. El TG Aparicio con la diputada nacional Sra. López, los generales Muñoz-Grandes, Coldefors, Valentín-Gamazo y Bohigas y el coronel Candal En cualquier caso, para todos, la carrera militar, aunque con otros matices y otros escenarios, seguirá siendo la misma que en breve iniciaréis en nuestra Infantería. For-mándonos día a día en lo que en cada momento se pre- cise para buscar la excelencia en todo lo que hagáis y no perdiendo jamás de vista que el espíritu de servicio es el mejor antídoto contra los embates que la vida os dará a vuestra recién estrenada vocación. La vida debe ser siempre un camino hacia la perfección de la persona y por eso, si pasado un tiempo sentís que la profesión de Infantes no os llena, no lo dudéis, buscad vuestro propio camino y tened en cuenta que siempre os será muy útil lo vivido y los hábitos adquiridos. Hoy son muchos los caminos posibles, tanto dentro como fuera del ámbito de las Fuerzas Armadas. Dentro, cada día es más fácil rectificar el camino, cambian-do de cuerpo, de escala, de especialidad o simplemente especializándose en las muchas áreas no específicas de un Arma determinada de la que nuestro Ejército necesita muchos y bien preparados oficiales y suboficiales. Fuera, vuestra preparación militar y profesional y sobre todo vuestra educación y formación en valores siem-pre será muy valorada en el mercado laboral y además poco a poco se están abriendo otras vías para prestar servicios en el ámbito público fuera del Ministerio de Defensa. Finalmente, si los riesgos de la profesión y los avatares de la vida os plantean un serio incidente en vuestra vida o en vuestra carrera, reaccionad frente a ellos como In-fantes que sois, no os derrumbéis y enfrentad la situación con espíritu de servicio. Un ejemplo os puede servir me-jor que mis palabras: El 18 de junio de 2011 en el desarrollo de una opera-ción de reconocimiento de rutas en la provincia afgana de Bagdish, la patrulla al mando del Teniente D. Agustín Gras Baeza, sufrió la explosión de un IED que afectó al vehículo de mando, resultando destruido este y herida toda la tripulación en especial el Teniente Gras y la Cabo conductora Dña. Jennifer García López, ambos finalmen-te retirados del servicio por incapacidad física al haber sufrido la amputación de una pierna. El hecho, fruto de la gran peligrosidad de las misiones que nuestras fuerzas realizaban en esos días en Afganis-tán, puso de manifiesto, como queda patente en el diario de operaciones de la unidad, el alto nivel de preparación de nuestros soldados y el valor y entereza moral de cada uno de ellos para cumplir con sus obligaciones y preocu-parse por la seguridad y supervivencia de sus compañe-ros, con riesgo de la propia vida incluso encontrándose gravemente herido. Posteriormente, cuando aún no se había totalmente repuesto de sus heridas, el hoy Capitán Honorífico D. Agustín Gras, continúa siendo un ejemplo permanen-te de entereza ante los golpes de la vida, tratando más allá de sus intereses de seguir sirviendo al Ejército y a


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