PERO... ¿HUBO ALGUNA VEZ UNAREVOLUCIÓN MILITAR?GONZALO DE CÓRDOBA Y LA MODERNA INFANTERÍA ESPAÑOLA (II).LA CAMPAÑA DEL GARELLANO

Memorial de Infantería 72

ASPECTOS INSTITUCIONALES PERO... ¿HUBO ALGUNA VEZ UNA REVOLUCIÓN MILITAR? GONZALO DE CÓRDOBA Y LA MODERNA INFANTERÍA ESPAÑOLA (II). LA CAMPAÑA DEL GARELLANO RAMÓN MELÉNDEZ-VALDÉS NAVAS TENIENTE CORONEL DE INFANTERÍA JEFATURA DE ADIESTRAMIENTO Y DOCTRINA DE INFANTERÍA 23 EXPLOTACIÓN, PERSECUCIÓN, MOTÍN, Y ESCAPE «Fue causa de gran maravilla a las gentes ver, que así como en el rompimiento de la guerra que se movió entre los españoles y franceses en el principio della fue sobremanera muy señalada la consideración, y detenimiento de que usó el Gran Capitán, así lo fue en el proceder en ella su celeridad y apresuramiento: porque desde el día que salió de Bari a la jornada de Ceriñola, apenas que tuvo aposentado su real» (Zurita, Historia del Rey D. Fernando el Católico). Consecuencias de Ceriñola, esquema de la persecución y explotación Fueron pájaros de mal agüero los primeros en llegar tras la batalla, veteranos acostumbrados al riesgo y tensión de múltiples acciones en que un soplo de suerte podía transformar casi instantáneamente su existencia. Pero la sobrecogedora visión del despliegue francés, desde el otro lado del Ofanto, disipó de golpe la euforia de la víspera, inoculándoles un miedo que les haría desandar sus pasos hasta Barleta. Luego, otros «Estando la batalla trabada huyeron ... y dijeron cómo los españoles ha-bían sido desbaratados, muertos y presos», un resultado probable sobre el papel que Lezcano, jefe de la escuadra desechó: «que el Gran Capitán no puede ser vencido de franceses. Ahorcadlos señor capitán, porque huyeron ... ¿cómo huisteis donde tan buenos murieron mejores que vosotros?»1. En todo caso, el alcaide Francisco Sánchez se aprestó a la defensa y, cuando llegó la noticia de la victoria, hubo de impedir que una compañía de vizcaínos ahorcase a los desertores. Luego llegaría el cadáver de Nemours con una escolta de cien lanzas, e instrucciones de una caballerosidad que, cuenta la Manuscrita, harían exclamar a Luis XII: «no tengo por afrenta ser vencido por el Gran Capitán de España ... porque nunca se ha oído ni visto capitán que la victoria lo haga más humil-de ». Civiles, movilizados como improvisados sepulture-ros, cobraron por seis mil cadáveres. Además del saqueo directo de los soldados, Gonzalo mandó repartir todo el botín capturado «sin le quedar cosa alguna». El principal ejército francés había sido derrotado decisi-vamente, pero era necesario aprovechar la resaca de la victoria, gracias a la cual, señores hostiles y villas desafec-tas «alzaron banderas por España»2. Gonzalo necesitaba, por un lado mantener la presión sobre los restos del enemigo evitando que recuperase sus fuerzas dispersas y se reorganizase; por otro ocupar los puertos y fortalezas importantes, sobre todo Nápoles que en la guerra ante- 1 Crónica Manuscrita, versión digital, pos 1811. 2 Esta expresión es la más utilizada, tanto por los cronistas como por el historiador Zurita, aunque también se emplean otras, frecuente-mente «por los Reyes Católicos», y esporádicamente «por la casa de Aragón».


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