EL NACIMIENTO DEL ESCUDO DE ESPAÑA

REVISTA DE HISTORIA MILITAR EXTRA I 2015

EL NACIMIENTO DEL ESCUDO DE ESPAÑA Eduardo GARCÍA-MENACHO OSSET1 Muchos inventos, usos y costumbres, tienen su origen en las guerras o en la solución dada a una necesidad guerrera; la Heráldica se encuentra en ese caso. Los escudos de Armas, cuyo inicio puede fijarse en el siglo XII, nacen con el cometido de identificar al hombre de armas, tanto en las batallas como durante los torneos y las justas. Por ello se puede afirmar que la heráldica es una consecuencia del uso del escudo de armas. La parte del cuerpo del guerrero que queda al descubierto es cada vez menor, y salvo el rostro, el resto está protegido por el arnés. Identificar a un hombre de armas es sumamente difícil y, cuando con el casco y la celada se cubre la cara, es necesario encontrar el lugar adecuado para que, mediante un símbolo o una señal, pueda ser reconocido en el campo de batalla por sus hombres, y, en las justas y torneos, por el público que asiste a ellos. La superficie más grande y plana del conjunto guerrero-armas se halla en el es-cudo, y es aquí donde se situarán los símbolos que, más tarde, se conocerán por heráldicos. Durante la totalidad del siglo XIII, la Heráldica se extiende como una moda que adoptan la alta nobleza, los ricos hombres, los prelados y, pos-teriormente, la baja nobleza, los comerciantes, los gremios y las ciudades. Michel Pastoureau dice en su importante obra Traité d´héraldique, que hay dos heráldicas, una propiamente militar y guerrera y otra civil que aunque tardía, nace a la sombra de la primera como una moda que toda persona que destacaba en cualquier campo adoptaba componiéndose armas heráldicas. En la Europa medieval van surgiendo reinos y condados independientes, cuya propia historia determina su carácter. Se van consolidando las gran-des monarquías medievales europeas. En la península Ibérica, el condado de Castilla (que luego será reino) se desgaja del reino de Asturias y León, uniéndose definitivamente en la persona del Santo rey Fernando III. Al mis-mo tiempo, el poderoso reino de Aragón une sus destinos a los diferentes condados catalanes que luego, ya tardíamente, dieron en llamarse princi-pado de Cataluña y que formaron la Corona de Aragón, constituida por los 1  Coronel de Artillería. Profesor de Heráldica del Instituto de Historia y Cultura Militar, Académico correspondiente de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealo-gía, y de la Valenciana de Genealogía y Heráldica


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