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REVISTA HISTORIA MILITAR 117

126 ALBERTO RAÚL ESTEBAN RIBAS igual que en el bando francés– iba a convertirse en un factor decisivo: atrás en el tiempo quedaban las operaciones limitadas estacionales con ejércitos “reducidos” –fuerzas a lo sumo de 10.000 hombres–: las guerras de religión en Alemania de la década precedente ya habían visto ejércitos superiores a 40.000 hombres, pero el conflicto Habsburgo-Valois iba a agravar aún más la situación y a movilizar grandes contingentes de manera casi permanente; es en este contexto en que la disponibilidad de financiación iba a ser de ca-pital importancia para la victoria. En abril de 1552 los franceses invadieron Lorena y capturaron las importantes ciudades de Metz, Toul y Verdún. Carlos V estaba resuelto a devolver el golpe con una operación a gran escala; pero para ello necesitaba soldados y dinero y en aquellos cruciales momentos lo mejor de lo mejor estaba en España: el Emperador escribió a su hijo Felipe, a la sazón regente en España, que urgentemente le enviara “tantos soldados españoles como le fuera posible”4 y le recordaba que lo que estaba en juego no solamente era su prestigio como emperador, sino la herencia que legaría al príncipe: “lo que va a vuestra honra, reputación y conservación de los estados que Dios nos ha dado y habemos adquirido”5. Felipe se puso rápidamente a traba-jar: encargó a Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, III duque de Alba, como futuro jefe de la ofensiva terrestre de Flandes, la recluta de las tropas, mientras él se dedicaba al tema financiero6, logrando reunir la ingente cifra de 4,5 millones de ducados para la defensa de Italia, España, las flotas del Mediterráneo y el ejército de campaña en Flandes7. Manuel Filiberto fue reclamado de Italia a presencia del Emperador para tomar el mando de fuerzas de caballería flamenca para la ofensiva con-tra los franceses. El Emperador había decidido recuperar Metz por su im-portancia estratégica militar y política: en el plano militar, con su captura se lograría una importante plaza fortificada desde la que lanzar nuevas opera-ciones y asegurarse una importante posición frente a futuros contraataques enemigos; en cuanto a su valor político, permitiría recuperar el prestigio perdido tras la captura por parte de los franceses de aquellas ciudades, espe- 4  Sobre el total de efectivos españoles en Flandes en este período: MARTINEZ RUIZ, Enrique: Los Soldados del Rey. Actas, Madrid, 2008, p. 886. 5  PARKER, Geoffrey: Felipe II. La biografía definitiva. Editorial Planeta, Barcelona, 2010, p. 109. 6  Para un mayor conocimiento de los recursos financieros de la corona de Castilla y en general, de la monarquía hispánica: ÁLVAREZ NOGAL, Carlos: Oferta y demanda de deuda pública en castilla. Juros de alcabalas (1540-1740). Estudios de Historia Económica, N.º 55. Banco de España, Madrid, 2009; CARANDE, Ramón: Carlos v y sus banqueros. Critica, Madrid, 2000; RIBOT GARCÍA, Luis A. (Dir.): Las finanzas estatales en España e Italia en la Época Moderna. Instituto Universitario de Historia Simancas, Madrid, 2009. 7  PARKER, Geoffrey: op.cit., p. 110. Revista de Historia Militar, 117 (2015), pp. 126-166. ISSN: 0482-5748


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