LOS PROBLEMAS ECONÓMICOS Y DE DISCIPLINA EN LAS… 155 en riesgo de morir a manos de uno de sus propios oficiales: a mediados de mes el príncipe sabaudo había ordenado detener a un soldado alemán, per-teneciente a uno de los regimientos de jinetes Schwarzenritter62, acusado de agredir a un civil: el soldado, violando las órdenes marcadas por Manuel Fi-liberto de respetar a toda la población civil, había asaltado a un vivandero y se jugaba la pena de pena de muerte en la horca. Dudando de la proporciona-lidad de la sanción impuesta a uno de sus hombres, el coronel del regimiento mercenario, el conde de Waldeck, trató que Manuel Filiberto le rebajase la pena; dado que estaba delante de sus hombres el coronel se dirigió al general en jefe con mucha arrogancia y poco respeto, crecido por el apoyo que sen-tía en sus hombres; Manuel Filiberto no cedió por lo que Waldeck se creció en su insolencia y en el tono de voz, pero el sabaudo se negó a continuar con la conversación por lo que el conde lo amenazó acercando la mano a las pistolas; el príncipe saboyano no se amendrentó ni tampoco pidió auxilio: se limitó a sacar su pistola y disparar al conde, que murió al instante. 63 Todo el ejército y oficiales tomaron buena nota del valor y la resolución de su joven general. El incidente permite medir el grado de tensión en el ejército impe-rial y las dificultades que debía arrastrar el comandante en jefe; con todo, la actitud resuelta de Manuel Filiberto contó con la plena aprobación de los observadores, uno de los cuales notaba que después de lo ocurrido “el duque es muy elogiado por todos por haber mantenido la disciplina necesaria en la guerra”. No era esta la primera vez que Manuel Filiberto imponía su autori-dad: el 24 de agosto de 1554 había mandado arrestar al noble Ferdinand de Lannoy por insubordinación. El 29 de octubre de 1555 los soldados valones del conde Nicholas van der Vesten se amotinan reclamando varios meses de pagas; en un primer momento Manuel Filiberto, creyendo que hay fondos suficientes, envía al 62 Los herreruelos eran un tipo de caballería ligera que usaban como principal arma de combate pistolas, de mecha y después de rueda. El término se empezó a usar en la literatura militar española hacia 1545, sustituyendo completamente al término estradiote hacia 1560, según Almirante. Los herreruelos eran llamados así por el uso de una capa corta con cuello y sin capilla que solo cubría parte de los hombros, del pecho y la espalda. En el plano militar, este tipo de caballos ligeros usaban como armas ofensivas principales un par pistolas de peder-nal muy pequeños, y como secundarios martillos de puntas agudas y espadas; en cuanto al armamento defensivo portaban una coraza –peto y espaldar– y una celada. Este tipo de caba-llería parece que encuentra su origen en Alemania, donde toman el nombre común de reiter (jinete, españolizado como “raitres” o “riters”) hacia la década de 1540, con la aparición de la pistola de llave de pedernal; por el uso muy frecuente de armaduras tiznadas de carbón se les conocía también como swartzreiters (jinetes negros). Su táctica principal de combate era avanzar hacia las líneas enemigas, descargar sus pistolas (rociada) y cargar con la espada o martillo; posteriormente se perfeccionaría el sistema dando lugar a la táctica de la caracola. ALMIRANTE, José: op. cit. p. 699. 63 MERLIN, Pierpaolo: op.cit., p. 86; DUCROS, Jean Pierre: op.cit., p. 23. Revista de Historia Militar, 117 (2015), pp. 155-166. ISSN: 0482-5748
REVISTA HISTORIA MILITAR 117
To see the actual publication please follow the link above