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REVISTA HISTORIA MILITAR 117

EL PERÚ Y LA GUERRA CONTRA LA CONVECCIÓN (1793-1795) 189 vilización del clero para fomentar el sentimiento patriótico de la población, “a fin de que, en sus pláticas pastorales a sus feligreses, los exhorten a la de-fensa en lo que interesa a la conservación de sus familias, ganados y demás bienes, y también la religión, porque debiendo ser regularmente herejes los enemigos de la Corona, resultarían ultrajes al Santísimo Sacramento y a las imágenes de sus Santos”65. Asimismo, se organizó un sistema de recolección de donativos volun-tarios para financiar la guerra, con el doble objetivo de aumentar los medios disponibles para financiarla y de hacer a la población sentirse partícipe del esfuerzo bélico realizado por la Monarquía en su conjunto66. A mediados de 1794 la campaña ya había logrado contribuciones al contado por valor de 152.138 pesos y compromisos de pago anuales mientras durase la guerra de 55.523 pesos67. Cabe destacar que, con su compromiso personal de pagar 8.000 pesos anuales para el sostenimiento de la guerra, el virrey fue el ma-yor donante del virreinato68. Entre las medidas defensivas tomadas por las autoridades virreina-les para controlar los excesos revolucionarios, debemos citar la creación de una embrionaria “policía secreta” en el Perú. En palabras de Gil y Lemos: “Teniendo muy impreso ese principio de derecho de la preferencia con que debe procederse a evitar un mal, por ser más útil el destruirlo en su origen que el castigarlo después de ejecutado, no perdí instante para impedir trans-migrase a estos dominios el sistema perjudicial adoptado por la nación fran-cesa. Deputé para esto sujetos que observasen las expresiones vertidas en 65  GIL y LEMOS, Francisco y UNANUE, Hipólito: op.cit., pág. 280. Ver en este sentido AY-MES, Jean-René 1991: op.cit., pág. 413: “Los españoles eran conscientes de que debían oponer a la pretensión francesa de exportar la revolución no sólo hombres armados, sino también el baluarte de una opinión pública resuelta y unánime”. 66  AYMES, Jean-René 1994: op.cit., pág. 39. Éste fue un objetivo generalizado por parte de las autoridades españolas durante esta guerra, ya que como señala este autor, “durante el con-flicto, la propaganda se empeñó en conseguir que todos los españoles se sintieran concernidos al unísono por un peligro que no se limitaba a la presencia insufrible de algunos soldados extranjeros en tierras españolas lindantes con la frontera”. 67  AGI, Lima, 709. Despacho no 221 de Francisco Gil y Lemos a Diego de Gardoqui, Lima, 23 de agosto de 1794. 68  AGI, Lima, 705. Despacho no 135 de Francisco Gil y Lemos a Diego de Gardoqui, Lima, 26 de octubre de 1793. El despacho llevaba anejo una Noticia de los donativos que voluntaria-mente han hecho a S.M. para auxilio de los gastos de la guerra declarada contra la nación francesa, diversos cuerpos e individuos particulares residentes en el distrito de este virrei-nato del Perú. Entre las contribuciones de particulares podemos resaltar la del regente de la Real Audiencia, Manuel de Arredondo, con 2.000 pesos anuales, la del marqués de Avilés, con 1.000 pesos anuales, o la del sobrino del virrey y a la sazón intendente de Trujillo, Vicente Gil y Gil, que donó 1.000 pesos al contado y otros 1.000 anuales mientras durase la guerra. Revista de Historia Militar, 117 (2015), pp. 189-200. ISSN: 0482-5748


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