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REVISTA HISTORIA MILITAR 116

EL CUERPO DE CIRUGÍA MILITAR DEL EJÉRCITO A COMIENZOS... 23 dias Españolas dispondrían de dos cirujanos mayores con un salario de 750 rv. y cuatro cirujanos, con 300 rv. En caso de producirse una vacante de cirujano en una unidad, se propondrían tres candidatos, discípulos de los Colegios de Cirugía de Bar-celona o Cádiz con los estudios completos, siendo el coronel de la unidad el que tomaba la decisión, asesorado por el cirujano mayor del Ejército.23 En lo concerniente a la dependencia orgánica, las mencionadas ordenan-zas indicaban que todos los empleados de los hospitales quedaban supe-ditados al intendente general del Ejército cuando estuvieran en campaña, por lo que el mencionado intendente pasaba a ser el responsable de la asis-tencia médica de las tropas, al ser el encargado de establecer los hospitales necesarios, dotándolos con los enseres, alimento, medicinas y material de cura precisos.24 Por lo que respecta a las funciones del personal sanitario militar en el siglo xviii, los cirujanos todavía no intervenían en el reclutamiento, ya que el reconocimiento médico de los mozos movilizados lo hacían los cirujanos civiles conducidos por cada municipio, aunque sí estaban facultados para declarar la inutilidad de los soldados para permanecer en el Ejército, como consecuencia de enfermedad o lesión.25 Y no será hasta la publicación de la Resolución de 10 de enero de 1750, cuando los cirujanos militares comien-cen a reconocer a los quintos que se fueran a incorporar a los regimientos de milicias y como no existía un cuadro de exclusiones específico, aplicaban normas muy generales hasta la publicación de la Cédula de 7 de octubre de 1773, que determinó una serie de pautas, como que los reclutas tuvieran como mínimo dieciséis años y como máximo cuarenta, ser aptos para el manejo de las armas, no padecer achaques habitualmente, ni estar lisiados, ni ser cortos de vista y tener una estatura mínima de «cinco pies cabales» medidos sin calzado.26 Los cirujanos militares utilizaron para el peritaje de lances, pendencias o accidentes el famoso tratado de Cirugía Forense de Diego Vidal.27 En la imprenta de Francisco Moreno, Zaragoza, 1771. Madrid: Ed. Facsímil, Ed. Ministerio de Defensa, 1999, fol. 257. 23  Esta prerrogativa la perderán los coroneles y los generales con las Ordenanzas de 12-VI- 1764. El nombramiento de cirujanos se realizaría a petición de estos pero al cirujano mayor del Ejército, que remitía una terna propuesta por los directores de los colegios de Cádiz o Barcelona, y el jefe de la unidad debía elegir a uno de los tres propuestos. 24  Montserrat Figueras, S.: op. cit., pág. 278. 25  Adición de 14-VI-1716 hecha a las Ordenanzas y Reglamentos Militares sobre Oficiales. 26  Montserrat Figueras, S.: op. cit., págs. 273-274. 27  Vidal, D. (licenciado, profesor y bibliotecario del Real Colegio de Cirugía de Barcelona): Cirugía Forense o arte de hacer las relaciones chirurgico-legales. Obra útil a los médicos, cirujanos y jurisperitos así seculares como eclesiásticos, Barcelona, 1783. Revista de Historia Militar, 116 (2014), pp. 11-72. ISSN: 0482-5748


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