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REVISTA IEEE 3

114 Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) Núm. 3 / 2014 3. CONCLUSIONES El cambio climático es un fenómeno real que está afectando de modo muy especial al entorno ártico. Aunque estamos muy lejos de comprender el alcance global del retroceso del hielo en el Océano Ártico, debemos intentar ir más allá de las consecuencias inmediatas que se producirán en el entorno local del Círculo Polar. Conscientemente, hemos huido en estas líneas de intentar explicar o analizar los factores científicos y climatológicos que tienen también un alcance planetario. No se ha hablado de la incidencia de la mayor descarga de agua dulce procedente de los ríos y del mismo deshielo de los casquetes polares sobre la salinidad y temperatura de los océanos. Ni de estos dos parámetros en la circulación termohalina, o de cómo esta última influye en la climatología de muchos países templados o tropicales. Tampoco se ha hecho mención a la elevación del nivel de los mares del mundo por ese mismo aporte de agua. Sin embargo, todos esos factores también alterarán los equilibrios existentes en la actualidad. Islas o archipiélagos enteros quedarán sumergidos, desplazando a sus poblaciones o alterando las jurisdicciones territoriales, provocando a su vez o modificando conflictos. Las costas, principalmente los grandes deltas, se verán anegadas. Estas regiones suelen estar muy densamente pobladas y son particularmente fértiles. Las migraciones que provocarán estas inundaciones privarán a los que permanezcan en el país no sólo de una significativa mano de obra, sino también de una capacidad productiva importante. Las líneas de base desde las que se miden las aguas territoriales y las zonas de exclusividad económicas también se verán alteradas, modificando así la soberanía sobre los recursos marinos. Todas estas circunstancias se están produciendo ya en alguna medida; pero el proceso presenta una tendencia hacia la aceleración, que será aún más significativa en el futuro. En algunos casos, vendrá propiciada por las mismas condiciones que provocará el deshielo: la desaparición del albedo, la liberación de metano del permafrost, etc. En estas líneas hemos preferido centrarnos en los efectos no locales del cambio climático en el Ártico sobre una región muy concreta. Precisamente para demostrar que el fenómeno tiene un carácter extraterritorial, incluso planetario, y que es necesaria la comprensión del conjunto de las consecuencias para valorar realmente el alcance de la desaparición del hielo polar. La apertura de las rutas septentrionales de navegación oceánica obligan a redibujar los mapas del mundo. No sólo en las cartas de navegación, sino en nuestra propia percepción de la esfericidad terrestre. Hasta ahora percibíamos (excepto para la navegación aérea) inconscientemente el mundo más como un cilindro que como una esfera, puesto que descartábamos los polos como vía posible de navegación. El cambio de percepción es equivalente al paso de la trigonometría plana a la esférica; sutil, pero


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